El feliz regreso de Hierro al Madrid

Hierro de segundo de Ancelotti. Es significativo su regreso al Madrid, porque salió de mala manera con este mismo presidente, tras aquellas feas anticelebraciones en Txistu. Desde entonces no han hablado bien el uno del otro. Tan ha sido así que algunos veteranos se hacen cruces con esta reconciliación. Pero toda reconciliación es buena, por naturaleza, y bueno también es el retorno de Hierro al Madrid. Desde que dejó de ser jugador ha hecho un recorrido por el fútbol y la vida que le ha enriquecido. De momento, entra como segundo de Ancelotti, por su ascendiente natural sobre los jugadores.

Está bien que el Madrid recupere a gente de valor que pasó por el club. Una de las cosas que me han disgustado del ‘florentinato’ era su carácter abrasivo. Florentino estaba creando un Madrid en el que no cabía Del Bosque, ni Valdano ni Raúl ni Camacho ni Mijatovic ni Michel ni el propio Hierro. Un club convertido en habitación cerrada que llegó a quedar en las manos exclusivas de Mourinho, con Butragueño en la difícil y sabia posición de hombre transparente. Ahora está Hierro, además de Zidane, entrenador del Castilla. Y crece el rumor de que algún día pueda regresar ahí Raúl.

No es que todo exjugador tenga derecho a estar en el club. Ni todos valen ni todos cabrían. Pero en cada generación hay un par de ellos con proyección en el fútbol más allá de la carrera como jugadores. Tienen un plus de conocimiento sobre la casa, con todo lo que eso significa. Está bien refrescar la sangre cada poco con influencias externas que mantengan el club abierto al mundo. Buenos son los Miljanic, los Beenhakker, los Ancelotti y hasta algún Mourinho de cuando en cuando. Aportan algo del exterior. Pero la personalidad del club es un valor en sí, y es bueno que haya gente que la defienda.