Tebas, Hacienda, Zidane, Laporta... Isco

Después de decir Tebas en la víspera que “la injusticia que pueda haber con el Atlético crea ambiente”, ayer salió lo de “si el voto es libre, Cristiano no gana”. La intención de la frase probablemente fuera decir que ‘si el voto no es secreto Cristiano no gana’, pero aun vista así no deja de expresar la preocupación de la LFP por asegurarle premio a Cristiano. Y, paradoja, ese premio fue el que menos irritó a los atléticos. Lo consideraban inevitable. Irritó la clamorosa ausencia de jugadores del campeón de Liga. Ayer, un amigo atlético me resumió su sentir parafraseando a Tebas: “Si el voto es libre, yo soy cura”.

Vivimos días de jaleíllos en el fútbol, aquí, allá y acullá. Tebas tiene otro frente abierto, amplio y difícil, con Hacienda, y el punto crítico de las operaciones con fuego real es Zaragoza. El Madrid pleitea con la Federación por el derecho de Zidane a entrenar. La sanción escandaliza a Francia y nos hace recordar que en los albores del ‘villarato’ a Cruyff se le concedió licencia para entrenar en las mismas condiciones. Y, ya que estoy en Barcelona, ayer reapareció Laporta, contraatacando contra una junta que hoy decidirá si persistir en la iniciativa, a mi juicio equivocada, de perseguirle en los tribunales.

Mucho lío entre el que emerge, como cara feliz del fútbol, el fenómeno que se está produciendo en torno a Isco. Viví ‘in situ’ las ovaciones en Cádiz, así que lo de Cornellà ya no me puede sorprender, menos lo del Bernabéu. Su persona, su rostro, su pelea por un lugar en el Madrid, lo que equivale a decir la cumbre del fútbol, su regate, sus pases, su visión, su esfuerzo... Todo coincide para hacerle un favorito del fútbol español en tiempos difíciles, recién salido de un Mundial horroroso y con un ruido desagradable que tiende a oírse entre partido y partido, cuando él guarda su violín en la funda.