Entre los defectos de Florentino (también tiene virtudes, no crean) está el de lo pronto que se cansa de los entrenadores. Le aburren, lo hace notar y eso les llega a ellos y a su plantilla, con el consiguiente problema. El que más le duró fue Mourinho, quizá el que menos tiempo debería haber estado, porque dejó heridas que siguen sin curar. Entre los que le duraron poco hay un marqués de izquierdas, un portugués políglota, un españolazo de rompe y rasga, un ex del ‘Madrid de los Garcías’, un brasileño desahogado que quiso poner el pinganillo a Raúl, un andaluz muy religioso y un pulcro ingeniero chileno.

Ahora está Ancelotti, al que me temo empieza a llegarle el run-rún que les llegó a los otros. Así que sale en conferencia de prensa y dice que piensa seguir el año que viene, y además con Casillas, sobre el que a su vez corre también cierto run-rún. Supongo que en su fuero interno Ancelotti se está cansando. ¿Qué más puede hacer? Armó el equipo de la Décima colocando a Di María donde nadie esperaba, lo ha vuelto a armar con fichajes nuevos, forzando la naturaleza de tres jugadores, Kroos, James e Isco, a los que ha pedido cosas diferentes a las que les permitieron triunfar en sus equipos de origen.

Y respetando al titularidad ‘innegociable’ de Benzema y Bale, para no desairar a Florentino, cuya predilección por ambos es conocida. Podría hacer más, sí, darle unos minutos a Odegaard, pero antes de eso tendría que cortar alguna orejita en el Castilla, y aún no ha sido el caso. Bastante hay con que le deje entrenarse con los mayores, lo que no deja de ser una anomalía. Para un hombre obligado a sostener tantas naranjas en el aire no está mal lo que va consiguiendo. Así que no me extraña que tenga esa salida, en la que además le tira un guiño a Casillas. Cualquier día deja caer una de las naranjas.