Dos a uno, buen resultado para la taquilla de vuelta, se decía antes. Pero sólo para eso. Revisando estadísticas tomadas desde que hay valor preferente del gol fuera de casa, un 2-1 en la ida se ha levantado un 49 % de veces. Al Madrid le ha ido un poco mejor, cuatro veces de siete. Algo se nota el Bernabéu. Pero la eliminatoria está más complicada para el Madrid de lo que pensamos en un principio. Aquí además estará Pogba, que faltó en Turín. Y el Madrid sigue con el boquete de Modric, que definitivamente Sergio Ramos no cubre. Ante la Juventus estuvo peor que en los dos experimentos anteriores. Estuvo fatal.

Con esa pieza mal ajustada, más Bale fuera de punto y con aire incluso de falta de interés, el Madrid no podía hacer el fútbol bueno y continuo necesario en un escenario así. Encima, atrás tampoco estuvo firme. Sólo Pepe. Varane concedió algún despiste, Marcelo fue batido varias veces, sobre todo en al primera parte, y Carvajal volvió a estar mal. Parece otro desde que se anunció el fichaje de Danilo, a la vez que lo está justificando con estas actuaciones. Con todo, el Madrid tuvo tramos de ataque insistente, aunque aislados, en los que apretó a la Juve en su área. James estrelló un cabezazo al larguero.

Ancelotti no estuvo bien, no fue justo. Para dar entrada a Chicharito, que alborotó muy positivamente el ataque, retiró a Isco, que no lo merecía, en lugar de a Bale, al que mantuvo hasta casi el final, cuando por fin salió para dar entrada a Jesé. Un jefe puede equivocarse, y pienso que Ancelotti se equivoca con lo de Sergio Ramos (visto lo visto, Illarramendi tiene derecho a ser considerado al menos como un mal menor), pero no puede ser injusto y en Turín lo fue. En fin, que el primer paso hacia la final soñada Madrid-Barça no ha salido como se esperaba. Y este miércoles, Guardiola en el Camp Nou. Pero con Messi enfrente.