Arantxa abre camino

US OPEN '01

Arantxa abre camino

Hace un año Arantxa Sánchez Vicario debería estar de luna de miel. Pero estaba jugando el US Open. Aunque se casó con Joan Vehils el 21 de julio, no quiso perderse el torneo que ganó en 1994. No había faltado desde que debutó en 1987, a los 16 años. Quizá pudo haberse ido a las Seychelles, porque perdió en octavos. Luego fue perdiendo la luna y la miel, cosas que pasan.

El mundo ha cambiado. Arantxa está ahora acompañada (lo dice el ¡Hola!) por su entrenador Antonio Hernández, que fue miembro de la escuela de tenis de su hermano Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal. Esta temporada sólo ha ganado dos torneos (y menores), Madrid y Oporto. En Roland Garros y Wimbledon no pasó de la segunda ronda.

La distancia que la separa de las taladoras de árboles es cada vez mayor. Y lo sabe. Pero mantiene una actitud de Bette Davis ofendida que es encomiable. Y maravillosa. Ayer en el estreno de su 15º US Open ganó a la húngara Petra Mandula. Después de perder seis bolas de partido, se encontró con una desventaja de 2-5 en la muerte súbita del tercer set.

Remontó y finiquitó la faena con 6-3, 3-6 y 7-6 (7-5). Son los años; cualquier membrilla planta cara.

Junto a Arantxa se clasificó para segunda ronda Ángeles Montolio (mide 1,57), otra luchadora con pilas Duracell, que se impuso por 6-1, 6-7 (2-7) y 6-1 a la italiana Gloria Pizzichini. Montolio es buena. Este año ha ganado en Bol y Estoril.

El resto de la primera jornada (interrumpida por la lluvia) fue para pocas fiestas. Perdieron Nuria Llagostera y Cristina Torrens-Valero. Igual suerte (mala por cierto) para Jacobo Díaz, que perdió por 4-6, 6-3, 6-4 y 6-3 frente al paraguayo Delgado y Bruguera, que cayó ante el belga Rochus por 3-6, 6-4, 6-3 y 6-4. Imposible explicar qué le pasa a Sergi. Sólo falta llamar al exorcista.