La Armada se calienta

US OPEN'01

La Armada se calienta

Cuando se consolide el momento clon (no confundir con clown) el doctor Antinori, especialista de la cosa, recibirá copiosas solicitudes de chips de tecnología yugoslava con la etiqueta competitividad.

Hay jugadores que sienten un irrefrenable deseo de destrozar al rival y hay otros que pelean contra sus fantasmas y ansiedades, independientemente de que tengan delante a Pete Sampras o al Pato Donald. La motivación de estos últimos nace de ellos mismos.

Pueden perder si hace frío o les pica una pierna. Los primeros se motivan con el mundo y con su orgullo. Valdría decir, al igual que de los argentinos, que pueden suicidarse tirándose desde lo alto de su ego. Competitividad.

En España, de un tiempo a esta parte, los deportistas vienen con todos los extras. Cada vez flojean menos sus piernas. Hay muchos ejemplos. Gala León es una española que pudo nacer en Belgrado. Tiene muchas cosas para no triunfar: mide 1,57 y carece de complexión atlética. Y por si fuera poco, no es de Barcelona, sino de Madrid. Sin embargo, circula por el tenis con una enorme dignidad.

Ayer venció a la húngara Rita Kuti y en segunda ronda jugará contra la francesa Testud (18), jugadora de postín. Pero que se fíe. Caso parecido es el de Virginia Ruano (también de Madrid), millonaria gracias a los dobles y tenista de las que hay que sacar de la pista con agua caliente. En su estreno se deshizo de Schiavone, revelación del tenis italiano.

Entre las derrotas, quizá la más dolorosa fue la de Marrero, promesa con aire de Kournikova y de momento nada más. También escoció el adiós de Clavet. Al cierre de esta edición la única alegría entre los hombres la protagonizó Albert Portas, que ganó al italiano Carrati 6-1, 6-4 y 7-6 (4). Portas es barcelonés, no yugoslavo, pero tiene los clones muy bien puestos.