¿Cómo se encuentra después de la tremenda final de Australia con Rafa Nadal y cuáles son sus proyectos a corto y medio plazo?

En estos momentos, vivo una serie de sentimientos increíbles. Es tiempo para descansar y disfrutar de lo que he conseguido después de lo que ocurrió en Melbourne. Allí soporté ante Rafa Nadal la mayor carga de presión que he tenido que resistir en mi vida. Gracias a Dios que la superé y salí vencedor de una prueba tan dura. Esa final fue un partido en el que Nadal y yo nos motivamos mutuamente para superarnos a nosotros mismos.

¿Ha reflexionado sobre todo lo que ocurrió en Melbourne Park?

Me ha costado mucho llegar hasta donde lo he hecho. Todo ha ido muy rápido en estos últimos 14 meses, desde la final de la Copa Davis de 2010, en Belgrado. Hemos trabajado mucho, todo mi equipo y yo. Nunca estaré lo bastante agradecido a mi equipo. He conseguido mejorar en resistencia, anticipación y fitness en general. Pero... sin confianza nunca hubiera podido ganar ese partido de Melbourne. Nadal compitió más motivado que nunca, me llevó al límite y tuve que dar el máximo de mí. Así fue.

Lleva tres títulos seguidos de Grand Slam: Wimbledon, US Open y Australia. Si gana en Roland Garros, donde nunca lo ha hecho, habrá cerrado el círculo. Y ya ha anticipado que se va a centrar en el gran reto de París...

Es cierto que, a corto plazo y hasta Roland Garros, la agenda de mi temporada va a quedar organizada de acuerdo a cumplir el objetivo de ganar en París. Ya me he reunido con mi equipo. Hemos quedado de acuerdo en programar cualquier cosa para ganar en Roland Garros. La temporada será difícil. Es probable que no juegue en Belgrado. Y, tras ganar en Australia, que ha sido el mejor inicio de temporada posible, soy optimista para Roland Garros. Tengo que serlo. Después de lo que ya he hecho, tengo toda la confianza.

(La reaparición oficial de Djokovic, que el pasado fin de semana estuvo esquiando en la estación serbia de Kopaonik, está prevista en Dubai, la semana final de febrero).

Sin embargo, también es un hecho objetivo que Nadal logró ante usted en Melbourne un resultado bastante mejor que en las seis finales que le ganó en 2011.

Rafa es un competidor fantástico y su partido fue, por ejemplo, completamente distinto a la final de Wimbledon y otros de 2011. En lo físico, la final de Melbourne fue una prueba increíble. Pero, si superé esa prueba a base de confianza y fe en mis fuerzas, ¿cómo no voy a estar contento y no voy a pensar en que estoy capacitado para ganar cualquier cosa? Me estoy enfrentando, entre otros, a dos de los mejores jugadores de todos los tiempos: Nadal y Federer. Respeto a todos. Pero ya no temo a nadie. Creo que puedo ganar cualquier partido que juegue.

¿Tiene algún secreto específico para haber aprendido a controlar las situaciones ante Nadal y Federer?

He ido ganando en control emocional, disciplina y confianza, además de todo el trabajo físico. Emocionalmente, todo me costaba mucho ante ellos. Ahora, ya no. Y también he sido constante para golpear con anticipación cada vez que llega la bola. Eso ayuda mucho ante estos jugadores.

Se supone que otro de los grandes objetivos será el oro olímpico en Londres. Es la primera y única vez en el tenis mundial que hay la oportunidad para que un mismo jugador pueda ganar dos títulos en Wimbledon en el plazo de un mes, entre julio y agosto...

Ja, ja..., sí que es otro de mis objetivos, aunque ya queda para después de París. He pensado sobre eso, pero aún no ha sido como para hacer un plan: ya lo veremos. Siento curiosidad sobre cómo volverá a estar la hierba en Wimbledon en unas pocas semanas después del torneo. Y también me intriga cómo habrá que organizar el descanso entre el torneo del Grand Slam y los Juegos Olímpicos, que quiero ganar, sobre todo, por mi país: Serbia.

Otro título en el que sucede a Rafa Nadal: el 'Laureus' al Mejor Deportista del Año...

Sólo puedo decir que es un honor. Me sentiré aún más honrado si sirvo como inspiración para los jóvenes.

Novak, ¿está tan seguro de lo que dice como aparenta?

Sufrí muchas veces cuando perdía ante Nadal y Federer. Supe que tenía que aceptarlo. No era cómo pudiera perder, sino cómo podía superarlo y cómo podía volver a ponerme en pie ante ellos. Era un reto. Y ha sido toda una experiencia.