Rafael Nadal Parera, el mejor tenista de todos los tiempos sobre tierra batida, desmanteló a David Ferrer, actual número cuatro del mundo, en la final del Abierto Mexicano de Acapulco: un 6-0 y 6-2 a través de 65 minutos de tenis pasional sentenció el segundo título para Nadal en 2013. Nadal sube a un porcentaje de 93,04% de victorias en tierra (266 triunfos, 20 derrotas) y se aleja del segundo en esta lista: Bjorn Borg: 86,3%. Tras reeditar en Acapulco el título que conquistó en 2005, Nadal agrupa 38 títulos en tierra batida: segunda marca tras los 45 del argentino Guillermo Vilas, en activo hasta los 37 años.
Desde el break de salida, Nadal abrumó a Ferrer, que ya había sufrido en semifinales ante Fognini. En los planes del equipo técnico de Ferrer (Javier Piles), era vital que David conectara largos reveses paralelos tras encerrar a Nadal en el rincón del golpe de derecha. No hubo caso: Nadal tiroteó el servicio de Ferrer, que sólo ganó el 55% de puntos con primeros saques y un bajísimo 22% con segundos. La insistencia de Ferrer en tocar el revés de Nadal facilitó que Rafa entrara en ritmo por esa zona. Con restos largos y saques intencionados, Nadal llevó la iniciativa y ganó el 81% de puntos con primeros servicios más un demoledor 77% de puntos (14/18) con restos como adoquines sobre los segundos saques de Ferrer. A finales del devastador primer set, y a un mes de cumplir 31 años, Ferrer se quejó a micrófono abierto: "No hay (revés) paralelo y así no hay manera".
Exhibición. En la segunda manga, Nadal tuvo bola para 3-0, pero Ferrer llegó hasta 2-1 y restó para 2-2. David no concretó. De vuelta, en el quinto juego, Nadal explotó en latigazos a babor y estribor que produjeron el 4-1. David se rindió psicológicamente. Nadal remató su último servicio en blanco: 6-0, 6-2 en 65 minutos y 500 puntos ATP para Rafa. Ferrer, tricampeón en Acapulco entre 2010 y 12, cede 250 puntos. El barco de Nadal parte hacia la travesía estadounidense en pistas duras: hoy, exhibición en Nueva York. Después, Indian Wells y Miami. Ese barco de Rafael Nadal, Master&Commander, es la casa del mejor tenista de todos los tiempos en tierra batida.
