Adiós al azul: Madrid vuelve al ocre con tierra de Roland Garros

Adiós al experimento del azul, que acabó con Rafa Nadal y Novak Djokovic amenazando con no volver y con la ATP obligando a Ion Tiriac a dar marcha atrás. Retorno al ocre, a la tierra tradicional. ¿Pero cómo? Porque las pistas de la Caja Mágica, la magna obra olímpica que disparó su coste casi hasta los 300 millones de euros, hacía aguas en lo fundamental, en el piso donde los mejores del mundo no se encontraban cómodos.

Nadal ha probado la Central, donde jugará a partir del miércoles, y emitido veredicto: "Estaba en condiciones perfectas, es la mejor pista de tierra que hemos tenido desde que se juega el Open y es una noticia fantástica para el espectáculo".

Estos días, Alberto Berasategui, que releva a Carlos Moyá como mano derecha del director del torneo, Manolo Santana, no para de repetir la misma pregunta: '¿Qué tal?'. "Y lo que ha dicho Nadal no es porque sí. También se lo he preguntado a Murray, Sharapova, Serena, Azarenka... y a los que no están tan arriba y todos coinciden en que ya no se rompe al defender, provocando socavones y botes malos", se congratula el finalista de Roland Garros 1994.

Pero había que partir de cero "porque era lo que le faltaba a un supertorneo que no tiene nada que envidiar a un Grand Slam". Los ingenieros determinaron que la humedad, por filtraciones del curso de agua que rodea las pistas, el nivel freático más alto de lo reseñado y la cercanía del Manzanares, hacía a la pista resbaladiza.

Así que las excavadoras destruyeron todo lo que había, se cavó para canalizar mediante tuberías la humedad y se trajeron nuevos materiales. Hay una capa de piedra volcánica permeable de Ciudad Real y hubo una procesión de camiones con 1.800 toneladas de piedra caliza desde una cantera del norte de París que luego se tritura, el craon que forma la misma base de las pistas de Roland Garros, el sancta sanctorum de la tierra. "Es lo más parecido a París", compara Berasategui.

Además ya no se desmontarán, porque han costado un millón de euros y porque la empresa de Tiriac se ha hecho con la gestión del Centro Deportivo Caja Mágica, que quizá por fin sea un centro para el tenis.