A sus 47 años recién cumplidos, y con seis títulos de Grand Slam en el palmarés, el sueco Stefan Edberg se hace cargo de la dirección a tiempo parcial de Roger Federer. Una alianza entre dos números uno del mundo.

—¿Qué se plantean con esta relación?

—Para ser sincero, no me lo esperaba y es cierto lo que ha dicho Roger: ni siquiera teníamos nuestros números teléfonos hasta el pasado mes de noviembre. Me sorprendió su llamada y quizá no me hubiera sentido interesado de tratarse de otro jugador que no fuese Federer. Pero me sentó bien y pensé qué cosas seríamos capaces de hacer juntos. Eso me atrajo. Era una gran oportunidad. Ahora estamos trabajando sobre esas cosas: no se arreglan sólo con hablar.

(Stefan Bengt Edberg lleva bajo el brazo en el Rod Laver Arena una raqueta ‘Wilson ProStaff’ del modelo, marco y hechuras más clásicos: todo lo que él hizo famoso con su juego de ataque).

—¿Puede dar detalles sobre ‘esas cosas’?

—En un jugador y una persona como Federer, y a estas alturas, sólo podemos tocar cuestiones menores. Los años van pasando y es claro que las oportunidades se van reduciendo. Pero Roger Federer es un jugador especial. Todavía puede ganar a cualquiera. En el momento en que todo cuadre, él puede ganar cualquier torneo de Grand Slam. Y quizá, más de uno.

—En específico, ¿en qué consistirá su tarea con Roger Federer?

—Creo que yo, con mis consejos, puedo marcar alguna diferencia en el sentido de influir para que Federer prolongue su carrera profesional con más éxitos. Tratándose de alguien como Roger Federer, eso sería genial para este deporte.