ABIERTO DE AUSTRALIA

Tras drama ante Dimitrov, Nadal se medirá en semis con Federer

El español se impuso en un duro partido en cuatro sets por 3-6, 7-6, 7-6, 6-2. Nadal se enfrentará el viernes a Roger Federer, que venció a Andy Murray.

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Después de tres horas y 37 minutos de drama y sufrimientos, al fin enmudecieron los alaridos búlgaros en el Rod Laver Arena. Pasarán los años, y en algún lugar de Bulgaria o de América, con o sin la 'comprensiva' Maria Sharapova a su lado (ayer no estuvo)… otro búlgaro, Grigor Dimitrov, ‘Baby Federer’, se seguirá preguntando en qué desolado lugar se oculta el corazón de Rafael Nadal Parera. Dimitrov tuvo a Rafa Nadal con la mano vendada, con un pie en el cadalso, y con el lazo de la horca a punto. Pero, por puro corazón e instinto de supervivencia, el más asesino de los instintos, Nadal escapó a ese cadalso que le habían alzado los revoltosos búlgaros en el centro del Rod Laver Arena… y Nadal está en las semifinales del Abierto de Australia. El triunfo de Nadal se concretó en cuatro sets: 3-6, 7-6 (3), 7-6 (7) y 6-2. Y ahora, Rafa jugará en la noche australiana del viernes (a las 09:00 horas de la mañana española) ante Roger Federer, quien ha dominado con facilidad a Andy Murray: 6-3, 6-4, 6-7 (6) y 6-3, después de tres horas y 20 minutos. Que Murray no llegue a la final evita que este próximo lunes, Ferrer baje a la quinta posición mundial, aunque Del Potro subirá al tercer puesto y Ferrer se va al cuarto.

En los palcos de entrenadores se repetía un duelo de finales de los años 80: Stefan Edberg (técnico de Federer) contra Ivan Lendl, que dirige a Murray. "Tengo toda confianza en el movimiento que he hecho con Edberg. El año pasado sentía que me faltaban algunas cosas", dijo Federer, que sólo aprovechó 4 de 17 puntos de 'break', cedió dos puntos de partido en el 'tiebreak' del tercer set y cerró turno con el décimo de sus saques directos "No creo que Federer haya cambiado algo o esté haciendo algo especial por estar ahora con Edberg. Eso es algo que se busca, pero yo veo al mismo Federer de siempre. Él siempre ha buscado la red cuando ha podido y ha ido hacia delante", dijo Nadal, que desde 2012 no se plantaba en las semifinales de Australia. Cara a cara con Federer, Nadal es muy superior: 22-10.

En el Nadal-Dimitrov, iguales a un set, después de que Nadal gobernara con solvencia el primero de los ‘tie-breaks’, en la segunda manga, Dimitrov disfrutó de tres ‘set points’ en ese crucial tercer set, uno bajo el trabado servicio de Nadal (siete dobles faltas), con 6-5 para el búlgaro, y otro, clave, con 6-6, ya en el ‘tie-break’ de esa tercera manga, Ahí, con 6/5 en puntos en el juego decisivo para Dimitrov, este embarcó clamorosamente una derecha a quemarropa, con Nadal totalmente desplazado tras el servicio del búlgaro. Un tercer ‘set point’ para ‘Baby Federer’ desapareció en un buen punto de Nadal al servicio. Dimitrov (16 saques directos, con total de 58% en primeros), cerró el primer set con 100% de puntos ganados cuando le entraba el primer servicio (punta a 219 km/h). Nadal concretó siete saques directos y ganó el 73% de puntos ganados con primeros, para un total de 42 golpes ganadores… y 47 errores no forzados. Para Dimitrov, 54 y 61.

Con tiros como ganchos al costado del revés, de liftado demoledor sobre ese fino revés a una mano de Dimitrov (idéntico castigo que aplica a Federer) Nadal mandaba por 2-0 en el segundo set… y por 4-2 en el tercero... pero se dejó igualar ambos parciales con ‘breaks’ provocados por sendas dobles faltas: siete en total. "Las vendas en la mano me afectan especialmente en el servicio, cuando tengo que empuñar la raqueta, que da la sensación de que está suelta y puede salir volando. Espero que mejore la mano. La ampolla está mucho mejor, pero necesito jugar con la protecciones para que no empeore”, dijo Nadal a Jim Courier sobre el mismo Rod Laver Arena. El ‘trainer’ tuvo que actuar dos veces sobre esa llagada mano izquierda de Nadal, para cambiar los vendajes. Aunque, médicamente, la situación no ha ido a peor, Nadal negociaba con dudas y nervios cada vez que se aprestaba a servir, sobre todo en los tres primeros sets. Al final de la primera manga, Rafa pasó al vestuario durante unos minutos... y Dimitrov se quejó. En ese set inicial, Nadal también se quejó al árbitro, Carlos Bernardes, de los aficionados búlgaros :“Están faltando al respeto” , dijo Nadal, quien pidió a Bernardes que advirtiera a los búlgaros. En perfecto castellano, Bernardes le contestó: “No sé si los búlgaros entienden inglés o español”.

Cuando Nadal firmó el tercer set habían pasado 179 minutos de partido: ahí, Dimitrov estaba machacado, harto de percutir contra Rafael Nadal, ese chico terrible que prefiere morir en pie antes que rendirse a la posibilidad de la derrota: con la mano vendada, bombardeado por un servicio-cañón y con el cadalso listo para recibirle. El cuarto set trajo el derrumbe y la rendición de Dimitrov, “el chico del negro corazón”, según Serena Williams, quien lloró en la pista y en la Sala de Prensa del Rod Laver Arena. "En el cuarto set, Nadal se ha ido arriba físicamente. No es que sea uno de los mejores, es el mejor de todos... y es un buen hombre. Claro que podía haber hecho algo diferente en aquella derecha del segundo 'set point' en el 'tiebreak' del tercer set. Pero en un partido de tenis, las cosas ocurren en una fracción de segundo. Esa jugada me hace daño emocional: estará ahí toda mi vida... pero yo tengo que ponerla en en el pasado... y seguir entrenándome a base de bien", analizó Dimitrov ante los periodistas antes de romper a llorar y tener que enjugarse las lágrimas con un pañuelo.

“Lo tiene todo para ser un gran campeón. Tiene muchas similitudes con Federer en su estilo. Estará muy arriba. Fui muy afortunado en el ‘tie-break’ del tercer set cuando él falló una derecha clara en ‘set point’ y después, en otra más que se le fue por muy poco. Tuvimos mucha presión de los búlgaros, a los que hay que agradececer la atmósfera que han creado aquí. La hemos disfrutado. Sólo me queda esperar que la mano mejore de aquí a la semifinal”. Todo eso dijo al fin el hombre del corazón de acero bruñido y mano dolorida. O sea, el tercer semifinalista del Abierto de Australia. O sea, Rafael Nadal Parera.