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MASTERS 1.000 SHANGHAI

Nadal no se opera ahora y pierde el número dos

Desde Wimbledon, la fatalidad le persigue. Debilitado por antibióticos y una apendicitis que solucionará tras Londres, cayó en Shanghai y cede el dos a Federer.

ShanghaiActualizado a
Rafa Nadal, en la rueda de prensa posterior a su derrota ante Feliciano López.
AFP

En 1937, en pleno fragor de bombardeos sobre Madrid, el escritor Ernest Hemingway tenía un chófer (anarquista) llamado Hipólito. Cierto día de mayo cayeron unos 300 proyectiles sobre la ciudad. Una granada de 75 mm impactó sobre el frontal del desaparecido Hotel Florida, (en Callao) y, sin estallar, rodó por el callejón donde Hipólito había aparcado.

Cuando el aterrado Hemingway recobró el valor y salió, Don Ernesto halló a Hipólito al pie del coche: impasible e intacto. La granada estaba allí.

Miedo. Hemingway conminó a Hipólito a alejar el coche. “No sea imbécil, no va a caer otra granada aquí: ni aunque pasen 1.000 años. Además, no ha explotado. ¿Ya tiene usted miedo, Don Ernesto?”, replicó Hipólito. Cuando se fueron a separar, el estadounidense, Premio Pulitzer y Premio Nobel, quiso dar dinero a Hipólito: “Vaya y cómprele algo a la familia”, dijo Hemingway. “No quiero nada”, replicó el chófer, que se despidió así: “Lo hemos pasado bien estos meses,  ¿no? Es suficiente”. Ernest Hemingway escribió esto: “Usted puede apostar, si quiere, por Franco, Mussolini o Hitler, pero mi dinero siempre irá con Hipólito”.

En octubre de 2014 y en Shanghai, Rafael Nadal Parera se midió a una sobredosis de sufrimiento: dolor en la convaleciente muñeca derecha. Síntomas de apendicitis. Tres días de antibióticos en vena. El mundo y ciertos médicos demandaban a Rafa Nadal que fuera al quirófano más próximo.

Pero Nadal jugó. Incluso se mareó. Y, como el Hipólito de Hemingway, se plantó sin pestañear ante los misiles de Feliciano: 15 aces, media de 202 km/h en primeros: 6-3 y 7-6. Luego, Nadal perdió el número dos de la ATP, que Federer recobró tras batir a Mayer. “La suerte no está  conmigo”, dice Nadal. Ahora no se va a operar. Lo hará tras el Masters. La fatalidad dirá lo que quiera. Pero nuestro dinero va con este hombre. El dinero... y la emoción.

Sigue a Nadal en directo en el Open de Australia en AS.com

Nadal: "Los médicos del torneo me recomendaron que no jugara"

¿Puede describir el proceso por el que acaba jugando pese a los síntomas de apendicitis? ¿Cómo se ha sentido en la pista? Me apetecía jugar. Me acosté con la idea de jugar. Para eso había venido. No me sentía bien... pero tampoco horrible. Ha dicho que se sintió ‘mareado pero sin dolor’. Nada de qué preocuparse. Ha sido un proceso con tres días de antibióticos agresivos en vena. Ya está bajo control. Pero tuve roturas de fibras otras dos veces que me traté con antibiótico, en Suiza en la Davis y en Australia, después de Doha, en 2011, cuando me rompí y perdí con Ferrer. Eso no es fácil en mí. Existe el miedo a la rotura. Al fin, estoy contento por haber jugado. ¿Qué le dicen los médicos sobre todo esto? Los médicos del torneo vinieron a verme una hora antes junto al referee de la ATP y me recomendaron que no jugara, pero los de España me dieron más tranquilidad. Yo asumí los riesgos. Sé que necesito operarme pero seguiré con mi temporada en Basilea, París y el Masters de Londres. Me operaré después. Hay el riesgo, pero hoy por hoy voy a intentar jugar. Sus planes inmediatos... El año iba bien: una buena temporada. Pero la suerte no está conmigo desde Wimbledon. La idea es irme directamente a casa, a Mallorca. Como se está en casa no se está en ningún sitio.