Una, Carla Suárez, compite en Dubai con el mejor ránking de su carrera (13ª del mundo). La otra, Garbiñe Muguruza, es con 21 años 24ª de la clasificación. Y las dos tienen un objetivo a medio plazo que hasta hace poco parecía complicado para una tenista española: el top-10 de la WTA. Un territorio que sólo han pisado Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez. Por última vez, en 2001.

“Mentalmente, he dado un paso respecto a años anteriores”, avisó Carla, la jugadora de menor estatura entre la élite (1,62 m.) tras derrotar a Camila Giorgi (31ª) por 6-3 y 6-4 en su estreno. El domingo vivió la decepción de no poder optar al título más importante de su carrera, en el Premier de Amberes, cuando una tortícolis le impidió salir a la pista. Apenas 48 horas después, volvía al tajo para citarse mañana con la número tres, Petra Kvitova. Una prueba más para testar su ambición y su recuperación.

“El cuello va mucho mejor, Me cuesta girarlo hacia la izquierda, pero todo volverá a la normalidad”, explicó la grancanaria, que para seguir escalando debe superar, entre otras cosas, la barrera de cuartos en los Grand Slam (los ha alcanzado en los cuatro). Para progresar, ha adelantado su posición en la cancha y ha ganado músculo compensando sus pocos centímetros. Por eso logró en Amberes la final en un torneo en rápida indoor, algo que le parecía vetado.

Mientras, Garbiñe se significa como el proyecto más sólido de jugadora joven. Tanto, que un medio en Dubai lanzó en su web la pregunta de si llegará al número uno y más del 90% contestó con un ‘Sí’. De momento, hoy ganó a una exnúmero uno Jelena Jankovic por 6-3 y 6-1. Acredita ya siete triunfos ante jugadoras del top-ten, el último frente a Simona Halep en su estreno en Copa Federación, y mañana miércoles se medirá a otra, la número ocho Agnieszka Radwanska, a a la que ya ganó en enero. “La pista es muy rápida y la pelota vuela, así que hay que ir con todo desde el principio”, advierte Garbiñe, que ayer también jugó, y ganó, en dobles con Carla. Por delante, el suelo que pisaron Arantxa y Conchita.