TORNEO DE DUBAI

Garbiñe Muguruza y Carla Suárez tumban a dos top-10

Muguruza derrotó por 6-4 y 6-2 a la polaca Radwanska (8ª), por segunda vez este año, y Suárez a Kvitova (3ª) para citarse en cuartos de final mañana jueves.

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En Dubai se desató la tormenta. Garbiñe Muguruza tumbó primero a la número ocho del mundo, Agnieszka Radwanska, por 6-4 y 6-2. Y después Carla Suárez consiguió hacer lo mismo con la número tres, Petra Kvitova, por 6-3, 4-6 y 6-3. Con ello las dos españolas, compañeras además en dobles en los que también siguen vivas, se citaron en cuartos mañana (13:00, TDP) en el torneo de categoría Premier. Mala noticia la de que sólo una pueda acceder a semifinales, pero buenísima la de que dos jugadoras españolas sean capaces de dar guerra a la superélite.

La tenista nacida en Caracas, de 21 años y 24ª de la WTA, y la canaria, de 26 y que navega por la posición 13ª (la mejor de su carrera), apuntan este año al top-10 y lo ratificaron con sus victorias. Desde 2001, con Arantxa y Conchita, ninguna jugadora se ha asomado al territorio del top-ten.

“He disfrutado porque he jugado realmente bien. La clave ha sido ser regular, sin subidas y bajadas, estar concentrada todo el partido”, relató Garbiñe, que consiguió frente a Radwanska su tercera victoria del año ante una top-10 tras haber ganado a la polaca también en Sydney y a Halep (4ª) en la reciente Copa Federación. Un vendaval que seguirá soplando en tanto en cuanto consiga bajarse de la montaña rusa. Abrió con 5-1 y Radwanska llegó al 5-4… pero salió del bache. En el segundo set, tres breaks para ella por uno de la polaca. De Dubai a Miami, sólo defiende 200 puntos, lo que abre un camino que puede hacerla subir muchos puestos.

Mientras, Carla no dio síntomas de que la tortícolis en el cuello que le impidió disputar la final de Amberes el domingo haya mermado su juego. Allí demostró que desde su 1,62 m. pero con más agresividad y músculo ahora sí es capaz de competir contra las torres en pista rápida indoor. Ante Kvitova, actual campeona de Wimbledon, hizo dos dobles faltas cuando debía cerrar el partido, pero acabó abrochando la cuarta victoria de su carrera ante una de las cinco mejores. La discípula de Xavi Budó tiene a la décima de la WTA a 650 puntos. Soñar es posible.