David Ferrer se arrodilló sobre la pista turquesa del Fairmont Acapulco Princess antes de dedicar su cuarto título en Acapulco a su hermano Javier, que terminó de besar nerviosamente su medalla cuando David, después de hora y 49 minutos, remató el triunfo sobre Kei Nishikori: 6-3 y 7-5. Con ese marcador, David Ferrer (a un mes de cumplir 33 años) se apunta su primer triunfo sobre Nishikori desde 2013: el japonés se había impuesto en los cinco últimos cruces. Pero, más importante, Ferrer firma su tercer título de 2015 en su tercera final y consigna un arranque de 18-1, el mejor de la ATP en este comienzo de año, donde Ferrer solo ha caído en los octavos del Australian Open ante el mismo Nishikori, un día en el que David jugó con los pies llenos de ampollas. Ese día, David jugó sin sus zapatillas habituales, que se habían roto. Ahora, Ferrer es el primer jugador desde Ivan Lendl en 1985 en ganar sendos títulos en semanas consecutivas sobre tierra y pista dura.

Por puntos logrados, Ferrer, ya con 24 títulos en su carrera ATP, solo cede en 2015 ante Djokovic y Wawrinka. Y con este cuarto Campeonato en Acapulco (ATP 500), Ferrer iguala la plusmarca de Thomas Muster, que se impuso durante cuatro años consecutivos en este Abierto Mexicano: de 1993 a 1996. Por su parte y con certeza, Nishikori aparecerá el lunes como cuarto jugador mundial en la Lista de la ATP, la mejor clasificación en su carrera: pero será tercero si Rafa Nadal no vence a Mónaco en la final de Buenos Aires.

Ferrer dominó el partido con agilidad y movilidad sobrenaturales en piernas y restos que le procuraron nada menos que diez puntos de 'break' sobre el servicio del llamado 'Maestro Sensei' de Shimane. Dejar a Nishikori en solo 12 puntos ganados con segundos servicios (12/30, 40%) no está al alcance de cualquiera. Ferrer capitalizó seis de esas diez oportunidades de rotura (6/10), gobernó el primer set con mano firme tras un par de 'breaks' (6-3)... y se colocó con 3-0 a comienzos de la segunda manga, tras imponente parcial de 5-0. A esas alturas, y con el brutal 81% de humedad relativa en la tropical noche playera de Acapulco, Estado de Guerrero, Nishikori (124 minutos en pista ante Anderson en semifinales) ofrecía sensaciones de desquiciamiento, arrojaba la raqueta al suelo... y Ferrer manejó dos bolas al resto para situarse con 5-2 y servicio. Pero Nishikori, con martillazos planos y precisos como reveses paralelos de ensueño, como tirados por katanas de samurái luchó contra todos los demonios, los sudores, los restos de Ferrer, su propia apariencia de fragilidad... y forzó el 4-4.

Tirando a muerte en la noche tropical, también con disparos planos, Ferrer volvió a quebrar y sirvió para ser campeón con 5-4. De nuevo, Nishikori salió de las cuerdas... y de nuevo y en fin, David Ferrer volvió a destruir las últimas trincheras del servicio del 'Maestro Sensei', a quien dirigió Dante Bottini en Acapulco, dado que Michael Chang solo le acompaña a Kei a tiempo parcial, por sus obligaciones familiares. Paco Fogués, entrenador de David Ferrer, tampoco se halló presente en esta final. Tras el cuarto 'break' en ese segundo y último set, Ferrer ya renunció a tomar prisioneros y tomó último juego, partido y título a bayoneta calada y a toque de carga: 6-3 y 7-5, con 56% de puntos ganados por David en primeros saques y 53% en segundos, bastante mejor estadística que Nishikori: 51 y 40% en estos dos departamentos.

Por delante, y en la final femenina, la suiza Timea Bacsinszky selló el título ante Caroline Garcia, 6-3, 6-0. Y las españolas Lara Arruabarrena y Tita Torró arrebataron la final de dobles a las primeras favoritas, las checas Hlavackova y Hradecka: después de hora y 55 minutos de acción, fue 7-6, 5-7 y 13-11 (Supertiebreak) para Arruabarrena y Torró, segunda pareja preclasificada del torneo.