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INDIAN WELLS | DJOKOVIC - FEDERER

Djokovic sofocó el orgullo de Federer en Indian Wells

El serbio ganó por 6-3, 5-7 (5) y 6-2 y consiguió su cuarta corona en el Masters 1.000, la 50ª de su carrera. Regaló el tie-break con dos dobles faltas.

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Novak Djokovic
Novak Djokovic FREDERIC J. BROWNAFP

Novak Djokovic quiso dejar claro quién es el número uno. Y en Indian Wells se sirvió la revancha de la final que perdió en Dubai frente a Roger Federer el 28 de febrero. El chacal enseñó sus colmillos en los pozos indios del Valle de Coachella y derrotó al suizo por 6-3, 5-7 (5) y 6-2 para revalidar título, sostener 1.000 puntos, conseguir su cuarta corona, el título 50 de su carrera, y dejar la sensación de que es el hombre a batir.

Si Andy Murray, desdibujado y fallón, no le exigió en semifinales, sí lo hizo Federer. Pero el serbio se mostró casi inexpugnable de inicio, en el primer set, que se le puso de cara cuando se procuró break para 4-3 a la quinta bola de rotura de que dispuso. Los rallies fueron para el de Belgrado, elástico, dejando huellas de sus estiradas en cada centímetro de cemento, aprovechando la viveza de la bola en la pista para atacarla en el punto justo: ¡bang! Rocoso con su primer servicio (16/16 de puntos ganados, 100%).

Tie-break. Federer, que sólo había perdido su saque en una ocasión durante el torneo, también lo cedió en la segunda manga, en el tercer juego. Nole se vio entonces con 4-3 y bola de break para servir por el partido y no la cerró. Infló así el orgullo del campeón de 17 grandes, que plantó cara atrás y consiguió el contrabreak. En la muerte súbita, Djokovic, con dos dobles faltas, le regaló la bola de set a Federer en medio de la desesperación.

Desesperación que exteriorizó cuando destrozó la raqueta, tras meter en el partido a Federer cuando le ofreció otro break con su cuarta doble falta cuando sacaba para un 3-0. La raqueta pagó sus nervios, pero fue la forma de liberarlos. Exorcizó sus demonios y desde el 2-2 encadenó cuatro juegos.

El chacal triunfó en el Abierto de Australia y en Indian Wells, territorios de caza mayor. Ahora llega Miami, donde también reinó en 2014. Se planta allí con su 21º título en un Masters 1.000. Y con la sensación de que él parece ser su único enemigo.