Nadal vuela ante Bolelli y se ve con Grigor Dimitrov en cuartos

Con máxima facilidad ante el revés a una mano de Simone Bolelli, Rafa Nadal estampó su firma en el orden de cuartos de final que le coloca ante el búlgaro Grigor Dimitrov (verdugo de Wawrinka): en la Pista Manolo Santana fue 6-2 y 6-2 para Nadal en 72 minutos. Cocido por los zurdazos liftados de Nadal y la subida de temperaturas (28, 29 grados y sumando...), el boloñés Bolelli solo dio señales de vida en el primer turno de servicio de Nadal, el segundo juego: ahí fue cuando Bolelli, al ataque, dispuso de sus dos únicas oportunidades para romper el servicio de Rafa. Entonces, Nadal subió su efecto 'topspin' a tope de revoluciones, Bolelli perdió el juego (1-1) y, desde ahí, el fino boloñés quedó aplatanado en el terrizo arenal de la Caja Mágica.

Nadal le masacró convenientemente con pelotazos que crujían y que, alzados y acelerados por la altitud y el creciente calor, componían un Himalaya para el delicado revés de Bolelli. Esa mezcla de altitud y calor, agitada por las cuerdas de la raqueta de Nadal puede convertirse en un cóctel difícil de controlar a medida que avance el torneo: y más para aquellos que manejan reveses a una mano.

En fin, un Rafa cada vez más explosivo y motivado que incluso usó golpes de 'pádel'... rompió en cuatro ocasiones el saque del italiano: 4/5. Bolleli no pasó de aquellas dos intentonas del segundo juego. Con su servicio, Nadal se apuntó 35 de 48 puntos posibles (78% con primeros, 64% con segundos), mientras Bolelli, curiosamente empataba en 52% de puntos conseguidos con primeros y segundos saques.

Con 5-0 para Nadal en el 'cara a cara', ahora llega Grigor Dimitrov, que estos días revive por las calles y salas de Madrid su 'love affair' o enamoramiento de hace un año con Maria Sharapova. Y mira por dónde, Dimitrov también toca el revés con una sola mano, la misma mano que mece a Sharapova. Contra los pelotazos liftados de Nadal, el sentimiento de esa mano cambiará bastante.