España no tendrá ningún representante en el Consejo Directivo de la Federación Internacional de Tenis (ITF). Y eso, porque el inhabilitado presidente de la Española, José Luis Escañuela, se presentaba a uno de los 13 puestos que se han elegido este fin de semana en la Asamblea de Santiago de Chile.

Escañuela negoció antes de la inhabilitación con el español Juan Margets, candidato a la presidencia de la ITF, el apoyo con la condición de que el sevillano apareciese como único nominado por España al Consejo Directivo (26 candidatos). Al tener constancia la ITF de la inhabilitación de Escañuela en su país por el Tribunal Administrativo del Deporte, donde tiene más expedientes abiertos, se retiró su candidatura in extremis.

Los candidatos a la presidencia de la ITF, que ganó el estadounidense David Haggerty, pueden solicitar antes de la celebración de la Asamblea su inclusión en el Consejo Directivo en caso de perder. Así lo hicieron el suizo Rene Stammbach y el indio Anil Khanna. Margets, vicepresidente del organismo hasta ahora, no pudo hacerlo por su compromiso previo con Escañuela. De este modo, España, uno de los países más potentes del mundo, no tendrá voz en la dirección de la ITF.

Por otro lado, Escañuela se presentó este sábado en la sede de la Federación Española de Tenis en Barcelona, donde no tiene permitido el paso. Delante, mostró el auto del Juzgado de Instrucción número 25 de Madrid en el que se acepta la querella por prevaricación administrativa y falsedad que presentó contra el presidente del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), Enrique Arnaldo Alcubilla, por su inhabilitación como presidente el pasado 24 de junio.

Expresó, además, que el actual presidente Fernando Fernández-Ladreda (su mano derecha) "no está legitimado" y dio su apoyo a las territoriales, que van a presentar una moción de censura que, paradójicamente, irá dirigida contra él. Otro embrollo.