TORNEO DE PEKÍN

Muguruza remontó: es finalista

Se metió en la final del Premier de Pekín al imponerse a Agnieszka Radwanska por 4-6, 6-3 y 6-4. Le espera Bacsinszky (TDP, 10:00).

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Una durísima semifinal de dos horas y 13 minutos ante Agnieszka Radwanska deposita a Garbiñe Muguruza en su segunda final consecutiva en la gira asiática, después de Wuhan. La tenista de Caracas, ya cuarta jugadora mundial y clasificada para el 'Masters' del WTA Tour, en Singapur, se planta en la final del 'Premier Mandatory' de Pekín ante la suiza Timea Bacsinszky al derrotar a Radwanska por 4-6, 6-3 y 6-4. Si Muguruza gana el título pequinés, se quedará a un solo punto de igualar a Maria Sharapova en la tercera plaza del ranking mundial.

Muguruza mandaba por 5-1 en el set final y dispuso de punto de partido con 5-2, pero Radwanska (reciente campeona en Tokio y vencedora en Pekín en 2011) se recuperó hasta 5-4 y saque: ahí, la presión se hizo valer ante la polaca de Cracovia, Muguruza controló desde el fondo, justo cómo le exigía su entrenador, Sam Sumyk, y todo concluyó con el billete de la española para la final ante Bacsinszky, a las 10:00 horas del domingo. Garbiñe Muguruza ha ganado a Bacsinszky en sus dos cruces anteriores, incluidos los cuartos de final de Wimbledon, este mismo 2015.

Muguruza, que vive intensas sesiones de rehabilitación (con visitas a la bañera de hielo) entre partido y partido, a causa de su lesión de tobillo, apareció en la 'Diamond Court', la Pista Central del National Stadium, con muslera en la pierna derecha y aparente limitación en la movilidad y las flexiones. La noche caía sobre Pekín, la temperatura descendió hasta 13 grados... y Radwanska se adelantó con 0-2. Muguruza pasó a tirar con todo y, golpe a golpe (43 tiros ganadores en total por 24 de Radwanska), Garbiñe avanzó hasta el 4-2. Radwanska aplicó su especialidad, sacar a Muguruza de su zona de confort con angulaciones y bolas cortadas, y, en efecto, Garbiñe se desequilibró lo suficiente para que la polaca se adueñara del espacio y del primer set con su juego de tiralíneas.

Al fin de la primera manga, Garbiñe llamó a Sam Sumyk... y pidió que las cámaras se alejaran de la conversación.Tras la charla con Sumyk, Muguruza cambió de estrategia y empezó a mezclar golpes, cambiar el ritmo y variar su muestrario. Así, Garbiñe tomó la iniciativa táctica, sorprendió a Radwanska, y un demarraje en 3-1 la guió hasta cerrar el segundo set con 6-3.

Era la lucha del golpe de Muguruza contra el espacio de Radwanska, un pequeño y elástico muro ambulante que deseaba bajar la bola con su tenis espacial, de ángulos. Pero Garbiñe, con poderío nuclear en el revés, achicó la pista a Radwanska y escapó con el 5-1 en el tercer set... sólo para hallarse de frente ante el nuevo impulso de la interminable polaca, que parecía extenderse por todos los ángulos de la Diamond Court.

Con 5-4 reapareció Sumyk en pista y esta vez sí se le escuchó decir a una Garbiñe con cara de desconcierto: "Controla desde el fondo de pista y tendrás tu oportunidad, síguelo intentando hasta el final. Siguete moviendo y mira siempre hacia adelante". Al segundo punto de partido, Muguruza forzó el último error de Radwanska y se vio en la final. "Ha sido muy duro, hacía mucho frío y ha sido cuestión de ganar unos pocos puntos clave. Lo importante era llegar a una final como esta y ahora se ve lo duro que es. He tenido que aprender a controlar mis emociones y poner cara de póquer en la pista". Cuando Garbiñe Muguruza Blanco decía eso, lo hacía como finalista en Pekín y cuarta jugadora del mundo. Duro sí que es: pero merece la pena.