TENIS | BOGOTÁ

Schiavone le arrebata el título a una Arruabarrena lesionada

La italiana de 36 años, ganadora en Roland Garros 2010 y 4ª del mundo en 2011, venció 6-4 y 7-5 en la final de Bogotá a la española, que jugó en el 2º set con un vendaje en el muslo izquierdo y acabó llorando.

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Schiavone le arrebata el título a una Arruabarrena lesionada

Lara Arruabarrena no pudo ganar en Bogotá como había hecho en 2012. Este sábado ha caído por 4-6 y 5-7 en la final ante una veterana ilustre, la italiana de 36 años Francesca Schiavone, vencedora en Roland Garros 2010 y número 4 del mundo en 2011. Arruabarrena, que había apeado el viernes a Sara Sorribes en semifinales, se lesionó en el muslo izquierdo durante el segundo set y acabó cediendo ante la imposibilidad de correr para devolver los golpes colocados de Schiavone, que no desaprovechó la ocasión de ganar su octavo trofeo WTA una década después de sumar el primero. Lara tuvo cuatro bolas de set en la segunda manga con saque y 5-4, pero no consiguió convertirlas.

El primer set lo encarriló Schiavone con un 3-0 de salida tras el que tuvo que remar Arruabarrena, que tuvo seis oportunidades de break hasta que pudo aprovechar la séptimo para ponerse 5-4 abajo y con saque. Pero lo perdió de nuevo ante la transalpina, que se llevó así la manga por 6-4.

Alejo Mancisdor, entrenador de Arruabarrena, le pidió un esfuerzo: "Saca la mano, leches. Esto se gana con actitud, con la cabeza, no te hace falta tenis. Tienes que dar todo lo que tengas". Y Lara lo intentó, pero se rompió. Con 2-1 a favor, tuvo que pedir asistencia médica para que le vendaran el muslo izquierdo y cada punto ya fue para ella un calvario. Aun así, tuvo en su mano llevar el partido a la tercera manga. Rompió el saque de Schiavone (5-3) y con 5-4 sirvió para ganar, con esas cuatro bolas de set. Pero Schiavone aguantó y encadenó con inteligencia tres juegos ante la vasca, que apenas podía moverse ya para responder a su rival.

"Te lo mereces, porque representas mejor que nadie la pasión, el sacrificio y el trabajo en el tenis", dijo entre lágrimas una Arruabarrena impotente y hundida. "No he llorado tanto en mi vida, normalmente siempre me estoy riendo", afirmó. Un pena, porque su temporada parecía despegar en Colombia y ahora tendrá que seguir progresando con problemas físicos. Pese a la derrota, tras esta final sube hasta el puesto 59 del ránking, el más alto de su carrera.