"El número uno está más cerca y es posible"

Rafa Nadal

"El número uno está más cerca y es posible"

"El número uno está más cerca y es posible"

REUTERS

Hoy, ante Mikhail Youzhny, Rafael Nadal Parera se adentra en la segunda semana de Wimbledon en busca de su tercera final y su primer título en el All England. Un torneo en el que Roger Federer persigue su sexto título consecutivo. En vísperas, Nadal se sinceró con AS.

Hace unos años, casi todo el mundo pensaba que Nadal podría ser un grandísimo jugador en tierra, pero a nadie se le ocurría que pudiese empezar a jugar finales en Wimbledon. Con sinceridad, ¿qué piensa cuando recuerda esos planteamientos, a estos alturas?

Yo nunca pensé que llegar a la final de Wimbledon fuera algo inalcanzable. Complicado, sí, y complicado para todos, como para cualquiera. Por la superficie, por la mentalidad, pero bueno un poco como todos los grandes torneos. Roland Garros, el US Open y Australia son también unos torneos muy duros, y se está viendo. Cada uno tiene sus razones para ser duro, y éste tiene las suyas. Pero, que en absoluto es algo inalcanzable se está viendo ahora. Los hechos están demostrando que los españoles ya hemos dado un salto en esta superficie, en la hierba.

(La entrevista transcurre en Aorangi Park, en las pistas de entrenamiento del All England Club, que en el domingo intermedio se abren excepcionalmente para los jugadores supervivientes en el torneo, y para los pocos periodistas que lo soliciten expresa y especialmente. Nadal se ha entrenado con el serbio Janko Tipsarevic, la víspera de jugar los octavos con Youzhny. El 'staff' más cercano de Rafa Nadal acompaña al doble finalista en Wimbledon: están Toni Nadal, su tío y entrenador de Rafa. Su fisioterapeuta, Rafael Maymó, y su jefe de de Relaciones Públicas, Benito Pérez-Barbadillo).

Y, mirando hacia atrás, desde aquel 2004 cuando empezó a ganar tantas cosas, ¿cómo ha hecho lo que ha hecho? ¿Le ha buscado explicaciones?

La única explicación es la mentalidad. Querer hacerlo. Casi nada sale por sí solo. Sabes algunas cosas, claro, pero para la mayoría hay que adaptarse y trabajar. Si quieres hacer las cosas y las haces, entonces puedes empezar a tener opciones.

De un tiempo a esta parte, ya sabe, parece como que Nadal se ha colocado en una panoplia o vitrina de grandes figuras de un deporte español en la rampa de lanzamiento. Salen los mismos nombres, hasta que ahora le ha tocado el turno al fútbol: Alonso, Nadal, Gasol, Pedrosa, póngalos por el orden que desee. ¿Cómo valora eso?ç

Yo hago lo mío, estoy en lo mío. Si va bien, pues perfecto. Y vivo mi época, esta época.

Tan bien hace lo suyo que, aunque no lo dirá abiertamente, su comportamiento en la hierba ha provocado que a día de hoy haya tres españoles en los octavos de final de Wimbledon

En el caso de de Feliciano López, no creo que se pueda decir eso, porque él llegó a cuartos de final en 2005, antes de mi primera final aquí. Pero sí me parece que, tras mi primera final aquí, la gente vio que se puede llegar a la final de Wimbledon jugando desde el fondo de la pista. Y yo no entro en eso de si la hierba es más lenta o no, la veo siempre la misma desde que debuté aquí, hace cinco años. Pero los demás, creo yo, han empezado a pensarlo, han visto que podían hacerlo, y se han preguntado: 'Si él puede hacerlo y juega la final, por que no puedo intentarlo yo?'.

A veces, algunas veces, su colega Charly Moyá le define como un "chico encantador, de lo tímido que es". Digamos que se le ve introvertido. La pregunta inevitable es, entonces, ¿de dónde saca esa competitividad feroz?

Un momento, yo no soy introvertido. Tímido, sí. Introvertido, no. Me abro bastante con la gente

(El grupito encabezado por tío Toni le dice cositas sobre esta frase, pero Rafael Nadal no se calla, y, aunque reflexivo, les insiste: "¿Que yo no me abro con la gente?")

Matices a un lado, sigamos con lo de la competitividad: porque es lo que más llama la atención de Nadal.

Lo único que hay es que me encanta la competición. Quiero ganar, ganar siempre. La única motivación es ganar. Es lo mejor que sabe, de lo mejor que te puede pasar. Eso es lo que me hace dedicar a esto el máximo tiempo.

¿Y no le vienen momentos de angustia? Quiero decir: momentos en que, por la tensión y todo lo que hay encima, le dan a uno ganas de dejarlo todo, o de preguntarse, '¿pero qué estoy haciendo yo aquí?'.

Paso momentos buenos y momentos malos. Nadie nace tocado por Dios. Pero los momentos malos hacen que valores mucho más los buenos. Casi podría decirse que esos momentos malos son necesarios para después aprender a saborear los buenos.

Algún torero ha dicho alguna frase como esa: "Las desgracias y los éxitos van unidos"

No sabía. Bueno, pues algo por el estilo.

Ya sabemos que no vio jugar en su momento a Björn Borg, ni a algunos otros mitos, por simple razón de edad. Entonces, Rafa, ¿cuál es el mejor jugador de tenis que ha conocido?

(Piensa un momento, y responde sin duda). Federer.

Con Federer enfrente y con todo lo que eso lleva acarreado, incluso el posible enfrentamiento en la final de Wimbledon, ¿aún se plantea ser número uno?

¿Cómo no me lo voy a plantear, si llevo cuatro años de número dos? El número uno es posible, claro que es posible. Diría, incluso, que este año está más cerca.

Y, para alcanzarlo, necesita

Claramente, ganar este torneo, y después hacer una buena gira americana, algo también bastante duro.

Fuera de las pistas, Nadal, ¿tiene héroes con nombre propio? Quiero decir, personas a las que admire, personas que le inspiren o por las que usted haría cualquier cosa

No en concreto. Admiro a la buena gente, a la que hace cosas buenas y no quiere el mal de nadie.

(Fin de la conversación formal. Rafa Nadal, biselado y bronceado, se levanta junto a tío Toni y Maymó, y empieza a acelerar el paso por los callejones del All England en busca de su casita de Wimbledon Park y de la final de la Eurocopa. Con su gente, Nadal habla en catalán, mallorquín, balear, como se quiera. Al pasar por la Centre Court, ya seguimos hablando de Verdasco, de Feliciano y de esto de tener tres españoles en los octavos de final de Wimbledon. Nadal otea la maravillosa pista, el santuario del tenis mundial. Y uno quiere intuir que, a una semana de una final que desea ganar con toda su alma, a Rafael Nadal le vienen a la cabeza los versos de Rudyard Kipling que adornan la entrada a la Central, en el corazón del All England: "If you can meet with triumph and disaster, and treat those two impostors, just the same". "Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre, y tratar exactamente lo mismo a esos dos impostores". Entonces, escribió Kipling, "serás un hombre". La próxima vez que Rafael Nadal vea eso, antes de una final, esos versos deben estar saludando a un niño hecho hombre: al nuevo campeón de Wimbledon).