Nadal-Federer, tres finales y una leyenda

Tenis | Wimbledon

Nadal-Federer, tres finales y una leyenda

Nadal-Federer, tres finales y una leyenda

getty

Roger busca su sexto título, y Rafa alzar el trofeo por primera vez

Es la construcción y el remate de una leyenda, en el santuario de los mitos, y ante esos mismos mitos: a través de los años, Roger Federer y Rafael Nadal, los dos mejores tenistas del mundo, han decidido enfrentarse en un combate extraordinario, lleno de rivalidad y emulación.

Mañana, el rey y el príncipe del tenis jugarán su tercera final consecutiva en Wimbledon. Llevan otras tres consecutivas en Roland Garros. Que dos jugadores hayan llenado a solas las seis últimas finales de los dos más carismáticos torneos del Grand Slam es algo sin precedentes en los anales de este juego. Es como si los grandes torneos de París y Londres tuviesen un poder magnético irresistible que sólo pueden negociar, en esta hipnótica guerra de galaxias, el majestuoso Darth Vader suizo y el vibrante Jedi de Manacor.

Federer y Nadal volvieron a convocar la fuerza de su combate directo en presencia de los únicos seres humanos con quienes se les puede comparar en esta frenética estampida: Björn Borg y John McEnroe. Borg, rey vikingo de Wimbledon desde 1977 a 1980, volvió al Royal Box. El comentarista McEnroe, Mac El Zurdo, había llegado a pelotear con Nadal, por la mañana. Dijo Johnny Mac: "Todo lo que Nadal hace es algo que, sencillamente, no podía pasar en los parámetros del juego que nosotros jugábamos. Una cosa es decir en la televisión que su saque se puede atacar, y otra distinta es vértelo venir, tan alto, tan pesado, con ese pop y esa tremenda carga liftada".

Tal vez sólo ellos, Björn y Mac, puedan captar lo que sienten Roger y Rafa: entre 1980 y 81, el fascinante sueco y el maravilloso cascarrabias zurdo cruzaron raquetas en cuatro finales de dos Grand Slams, dos veces en Wimbledon y dos en el US Open. Borg ganó la primera de ellas, Wimbledon 1980, quizá el partido más célebre en la historia de este juego. Pero McEnroe conquistó las otras tres a Borg, el número uno. Y, tras sus derrotas de 1981, el glacial Borg desapareció entre las sombras, fundido por el fuego de Mac. Björn admira a Federer, y se le nota: pero se descubre ante Rafa.

Federer y Nadal, Roger y Rafa, galoparon sobre Safin y Schuettler sin dejarse un set. Nadal le metió 6-1 a Schuettler en 23 minutos, salió mentalmente de lo fácil que lo vio, y tuvo apurillos en el segundo set: 5-4 y saque para Schuettler. Rafa forzó la máquina hasta la muerte súbita y zanjó la cuestión. "Tal vez vino bien para quitar la euforia", dijo después. Con su guante de seda, Federer dobló el puño de acero de Safin. Borg y McEnroe lo vieron desde los palcos. Les acompañaba su mejor halo de leyenda: el mismo halo que ya les une con Roger Federer y Rafael Nadal.

R. Nadal: "Lo importante es ganar aquí"

Siempre sería especial ganar a Federer aquí, porque es el número uno, el mejor de todos los tiempos, el favorito, y él ha ganado cinco veces este torneo. Pero lo importante no es ganar a Federer: lo importante es ganar Wimbledon. Ante Schuettler no ha sido mi mejor partido, pero eran siempre hay algún pequeño bache como éste en todos los torneos. En todo caso, no quiero hablar de ganar. Sólo sé que juego mi tercera final consecutiva".

R. Federer: "Que no se me descarte"

Puede que, para algunos, yo no sea el favorito en esta final, pero diría que no me descarten tan rápido. Estoy en una racha increíble sobre hierba (65 victorias consecutivas), y para hablar de otra manera, habría que ver rota esa racha. He llegado a la final a lo grande, y Rafa también juega en hierba mejor que nunca. Merece todo el respeto. Si soy campeón al fin, eso querrá decir que quizá haya jugado el mejor tenis de mi carrera".