A pesar de que después de aquél contratiempo, hace cuatro años, en la segunda ronda de Atenas 2004, Roger Federer superó en cinco ocasiones al checo Tomas Berdych, el suizo no saldó su particular venganza, olímpica, hasta hoy, cuando batió al centroeuropeo en un escenario como Pekín 2008. Roger Federer cerró los puños y miró al palco de la pista principal del Centro Olímpico de la capital china. Había cumplido con la misión. Había sellado su revancha en hora y media de partido (6-3 y 7-6 (4).
En ese momento Berdych se marchó cabizbajo. Asumiendo su derrota y su inferioridad. Por el desprecio a un puñado de ocasiones para poner en aprietos al aún número uno del mundo. Y plagar su ánimo de la angustia que parece que le invade por dentro. Federer ha encontrado un apoyo en el torneo de Pekín y no está dispuesto a desperdiciarlo. Aunque asuma que su tenis no es el mejor. Y que aún le falta.
Pero dada la situación, su inminente claudicación desde la cima del ránking, donde será reemplazado por el español Rafael Nadal, y los nuevos vientos que parecen soplar en el mundo de la raqueta, se resiste a dejar pasar la ocasión de fijar su nombre en el olimpo.
Djokovic no se deja sorprender por Youzhny
El serbio Novak Djokovic subrayó su condición de tercera raqueta del circuito y favorito para el podio de Pekín 2008 y, tras superar al ruso Mijail Youzhny por 7-6 (3) y 6-3 alcanzó los cuartos de final del torneo olímpico.
El serbio y el ruso mantuvieron una destacada igualdad en el primer parcial. Ambos se amarraron con fortaleza a su saque. Pero en el desempate Djokovic estuvo más firme y menos errático, lo que le valió la conquista del primer parcial.
Youzhny se fue del partido después. Perdió la fe que le había mantenido en el set inicial y facilitó la tarea a su rival. Djokovic mantuvo la firmeza y cerró el partido sin dar ocasión al ruso de neutralizar la pérdida de uno de sus saques. Novak Djokovic se enfrentará en cuartos de final al ganador del partido entre el argentino David Nalbandián, séptimo favorito, y el francés Gael Monfils.
Fernando González fulmina a Rochus
El chileno Fernando González, el único medallista de Atenas 2004 que aún sobrevive en el cuadro de Pekín 2008, prolongó la estela hacia el podio tras arrollar al belga Olivier Rochus, al que venció en menos de una hora (6-0 y 6-3). El fulgurante inicio de encuentro del tenista de Santiago descentró a su rival. En un abrir y cerrar y de ojos la raqueta sudamericana ya tenía encarrilado el choque.
El buen momento de González, que apenas acusó la intensidad y la demora de su encuentro anterior, frente al croata Marin Cilic, se extendió hasta el arranque del segundo set, que le sirvió para predisponerse al triunfo con premura. La medalla de bronce en Atenas 2004 espera en cuartos de final al ganador del partido entre el francés Paul Henri Mathieu y el alemán Nicolas Kiefer.
