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Tenis | Abierto de Australia

De nuevo, Federer hizo que Roddick se sintiera miserable

El suizo ha ganado 16 de 18 veces

Actualizado a
Federer
reuters

Roger Federer tiene todo el derecho a mirar a Andy Roddick como un científico observa a un paramecio a través del microscopio. De 18 duelos directos, Federer ha ganado a Roddick... nada más que 16. Por ahí va una racha de 11-0. ¿Cuántos Grand Slams podría haber ganado Roddick de no haber existido Federer? Y, ¿cuántos Roland Garros habría ganado Federer si Nadal no viviera en este planeta...?

Se ponga Roddick como se ponga, la sensación fue la de un trompetista de pueblo desafinando en un concierto de Zubin Mehta o Von Karajan. Roger Federer jugó con él.

Sin rival.

Roddick se enfrentó con el ábitro, Enric Molina. Juró en arameo. Sirvió hasta 224 km/h. Todo, para que Federer tuviera... 13 bolas de break. Sólo en el primer set, Roger quebró dos veces el saque-cañón de Andy, con golpes tan majestuosos como las pinceladas de Rembrandt en La Ronda de Noche.

Ese primer set (6-2, en 32 minutos) certificó la defunción del partido. El resto fue el juego de Federer, lujoso gato suizo, con Roddick, triste perrillo de las praderas de Nebraska: 7-5, 7-5, sets segundo y tercero. En las declaraciones de Federer aletea un sutil sentido de desprecio hacia Roddick. Eso sÍ: la final quiere jugarla con Verdasco. Si Verdasco no va a la final, a Federer se le presenta La Alternativa del Diablo: alguien no llamado precisamente Roddick. Un tal Nadal, vaya.