Federer rompió a llorar: "Esto me está matando"

Tenis | Abierto de Australia

Federer rompió a llorar: "Esto me está matando"

Federer rompió a llorar: "Esto me está matando"

El suizo no pudo articular palabra durante más de un minuto.

Una imagen condensó toda la magia, la tensión y el drama que cabía en la final del Abierto de Australia. Fue la de Roger Federer, al que muchos consideran el mejor tenista de la historia, llorando sin consuelo durante la ceremonia de entrega de trofeos. Como un niño con el corazón roto dentro del cuerpo de un hombre de 27 años.

El suizo, que fue número uno del mundo durante 237 semanas hasta que cedió su trono en agosto de 2008 a Nadal, se había mantenido entero en el banquillo. Con la mirada perdida, eso sí. Hasta que fue requerido para la ceremonia de entrega de trofeos. Ahí, en presencia de Rod Laver, el aussie que consiguió completar el Grand Slam (los cuatro grandes: Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open) en 1962 y 1969 y de sus cuatro rivales en las finales de ese último año (Andrés Gimeno, Ken Rosewall y John Newcombe), no pudo aguantar la emoción.

Llegó su turno de agradecimientos y el presentador Sandy Roberts mencionó que, de ganar, habría igualado el récord de Pete Sampras, el estadounidense que tiene el récord de Grand Slam ganados con 14. Entonces comenzó un calvario, delante de 15.000 espectadores y millones de ojos pegados al televisor, que le hundió tanto como le elevó a la categoría de deportista enorme. "... Quizá vuelva a intentarlo otra vez, no lo sé...". Y las lágrimas comenzaron a brotar, y pasó un minuto y quince segundos que se tornó eterno. "Dios, esto me está matando", murmulló. Se retiró, Rafa le abrazó y le susurró unas palabras de consuelo que le hicieron sonreír por fin.

El protocolo no iba a funcionar esta vez. Así que Rod Laver procedió a entregar el trofeo, la Norman Brookes Challenge Cup, a Nadal. Entonces, Federer recuperó el aplomo, ya que no quería tener él "la última palabra" porque le correspondía al vencedor. "Has jugado un partido fantástico y te felicito por ello", le dedicó al español. Y volvió a emocionarse al ver a las cuatro leyendas detrás: "Significa mucho para mí". Y llegó el turno de Nadal, que mezclaba alegría y congoja al ver al hombre al que impide cerrar el círculo de majors en Roland Garros, al que derrotó en su jardín de Wimbledon, al que impidió alcanzar a Sampras, al que ha ganado en 13 de las 19 ocasiones que se han cruzado con 11 triunfos en finales. "I'm sorry". "Lo siento". El rey Nadal demostró que, además de talento y tenis, tiene un gran corazón. Inolvidable.