El torneo de Wimbledon, tercer ''Grand Slam'' del año y que se disputa del 22 de junio al 5 de julio, presentó este martes el nuevo techo retráctil que estrenará en la próxima edición y permitirá desafiar a la lluvia y alargar los partidos a pesar de la falta de luz natural.

De todos modos, los partidos podrían verse interrumpidos, ya que el techo traslúcido, que pesa 1.000 toneladas, tarda diez minutos en cerrarse por completo. Además, se necesitan otros 20 ó 30 minutos para que el sistema de aire regule la humedad e impida que se forme condensación y caigan gotas sobre los jugadores.

Aunque el techo permite que entre la luz suficiente para jugar, se ha instalado un sistema con 120 luces por lo que se podrá seguir jugando cuando anochezca. El director ejecutivo del All England Club, Ian Ritchie, negó que tengan previsto programar sesiones nocturnas como el US Open o Australia, pero no rechazó la idea de jugar a horas más tardías.

"No queremos sesiones nocturnas, esperamos que los partidos acaben de día, pero si no es así, cerraremos el techo y los terminaremos", aseguró a los medios presentes en la presentación de la cubierta. Además, Ritchie dejó claro que la intención de Wimbledon es seguir siendo un evento "diurno y al aire libre". "Nuestra preferencia siempre es jugar al aire libre y siempre preferiremos tener el techo abierto tanto tiempo como sea posible", indicó.

"De todos modos, queremos garantizar que los jugadores siempre tendrán las condiciones óptimas para sus partidos porque si un tenista comienza su encuentro con el techo cerrado, debe terminarlo de la misma forma", añadió.

El techo es la última novedad de las mejoras de la Pista Central, que tiene 87 años, y que tendrá 1.200 nuevos asientos este año, aumentando su capacidad hasta los 15.000 espectadores. La nueva Central se estrenará el 17 de mayo con una exhibición, bajo techo, de los ex campeones Andre Agassi y Steffi Graf ante Tim Henman y Kim Clijsters.

Los premios de Wimbledon suben un 13,3%

Los premios en metálico que se adjudicarán este año a los ganadores del torneo de Wimbledon, el más prestigioso del mundo sobre hierba, serán un 13,3 por ciento más elevados que en la pasada edición.

Si el jugador español Rafael Nadal, actual número 1 del mundo y defensor de este trofeo en la categoría masculina, logra este verano conservar el título, se llevará 850.000 libras -al igual que la campeona en el cuadro femenino-, 100.000 más que el pasado año, cuando el manacorense se impuso en la final al suizo Roger Federer.

Este año, además, el tenista balear tampoco se verá obligado a jugar en la oscuridad, como ocurrió en la final contra el helvético, que se prolongó hasta pasadas las horas de luz, ya que esta edición marcará el estreno del nuevo techo en la Pista Central para preservarla de la lluvia.

El torneo de Wimbledon parece inmune a la actual crisis financiera global ya que el total de sus premios en metálico ha aumentado en un 6,2 por ciento, hasta los 12,55 millones de libras.