Expertos en destronar reyes desde hace generaciones, los sans culottes parisinos (literalmente: 'sin calzones') que hicieron de la Pista Chatrier, el domingo, una Plaza de la Revolución para derribar al rey de Roland Garros, se vieron ayer ante duros contragolpes: cuando el rey, Rafa Nadal, ya se bañaba en la piscina de su casa en Manacor, su tío y entrenador, Toni Nadal, tomó el micrófono de La Ventana, en la Cadena SER, para defender a su sobrino. Así: "El público parisino es bastante estúpido. A los franceses les molesta el triunfo de un español () basar la felicidad en la derrota de otro me parece mala filosofía () Rafa jugó bastante mal y Söderling fue mejor. Esperemos que podamos hacer borrón y cuenta nueva".

Pero también tiraba en armas contra sus conciudadanos el nada sospechoso L'Équipe: "La tierra ha temblado al Oeste de París. Nadal, vencedor de sus 32 últimos sets en Roland Garros () cae eliminado por Söderling, especialista en torneos indoor que jugaba sus primeros octavos de Grand Slam, y no había podido tomar más que un juego al español hace un mes, en Roma. Ha sido bastante incongruente escuchar al público de la Central gritar a pulmón herido el nombre del sueco, uno de los jugadores menos queridos por sus compañeros. Los espectadores querían a toda costa ver caer al español, que sólo fue aplaudido una vez consumada la derrota () Nadal, a lo gran campeón, no lo ha tenido en cuenta y les ha saludado a su salida de la pista". Un español escribe esto y

Entre la sorpresa y la conmoción, otro susto para Federer: en una Chatrier pasmada, Tommy Haas arrancó ayer a Roger los dos primeros sets. Con 4-3 para Haas, en el tercero, Federer ganó nueve juegos seguidos (6-7, 5-7, 6-4, 6-0 y 6-2) y voló a los cuartos en cinco sets. "Pero Federer y Nadal siguen aún vinculados", apunta The New York Times. Así debe ser en el All England Club, Wimbledon. Y no en París, tierra roja de sans culottes.