Feliciano López y Robredo pasan a octavos, Ferrer y Almagro se despiden

Tenis | Masters 1000 Shanghai

Feliciano López y Robredo pasan a octavos, Ferrer y Almagro se despiden

El toledano eliminó al de Jávea en tres mangas (4-6, 7-5 y 6-1) y el de Hostalric dio buena cuenta del alemán Mayer (4-6, 7-6(10) y 6-4). Almagro cayó ante Soderling (6-4, 7-5).

Los tenistas españoles Feliciano López y Tommy Robredo se clasificaron para los octavos de final del torneo de Shanghai, penúltimo Masters 1.000 de la temporada, al doblegar al alicantino David Ferrer y al alemán Florian Mayer, respectivamente.

El toledano necesitó tres mangas ante Ferrer para superarle por 4-6, 7-5 y 6-1 en una hora y 53 minutos de juego para cobrarse su segunda víctima de la ''Armada'' ya que en su debut doblegó al albaceteño Guillermo García-López.

Aunque ''Feli'' estuvo irregular y necesitó remontar, terminó ofreciendo muy buenas sensaciones ante el de Jávea en un partido en el que firmó 11 ''aces'' y sólo concedió un ''break'', el que le costó la primera manga.

Ahora, en octavos se medirá con el vencedor del encuentro que enfrentará al argentino Juan Martín del Potro, vencedor del US Open, y el austriaco Jurgen Melzer.

Por otra parte, Tommy Robredo también necesitó remontar para superar al germano Mayer por 4-6, 7-6(10) y 6-4 en un partido en el que firmó nueve ''aces'' que le permitieron neutralizar el potente saque de su adversario -10 ''aces'' y 78 por ciento de acierto con el primer servicio-.

El gerundense podría cruzarse en octavos con el número dos del mundo, Rafa Nadal, que debuta este mediodía en Shanghai frente al estadounidense James Blake, al que ya derrotó la semana pasada en Pekín.

Soderling despide a Almagro

La segunda derrota española en Shanghai fue protagonizada por el murciano. El sueco Robin Soderling, noveno cabeza de serie, se impuso a Nicolás Almagro, por 6-4 y 7-5 en una hora y 22 minutos, vengando así nuevamente (ya ganó en Bastad) la derrota encajada ante el murciano en Hamurgo. Almagro anotó 12 saques directos, pero cedió tres veces su servicio, una ventaja que Soderling no dejó escapar.