Juan Carlos Ferrero vuelve al lugar del crimen. En el año 2000 fue el héroe de la primera Ensaladera que conquistó España en el Sant Jordi. Hoy, con 29 años y un papel fundamental en los cuartos de final y la semifinal, ha aceptado ser el quinto jugador. Su concurso depende, sobre todo, de la recuperación de Fernando Verdasco, que parece ir por buen camino. Ayer, el madrileño pasó varios controles médicos y se entrenó con Albert Costa. Un inicio suave, pero esperanzador. "Estoy mucho mejor de lo esperado", resumió.

Pero a Ferrero no se la ha borrado la sonrisa. Sacrifica su pretemporada para estar al quite: "Vuelvo en otras condiciones que el 2000, pero nunca nadie está exento de que pase cualquier cosa y aquí estoy yo por si acaso".

Al respecto de sus recuerdos de la final del año 2000, indicó que tiene "sensaciones muy bonitas, sobre todo porque fue una experiencia inolvidable para todo el equipo y para toda España. Desde el primer día todo se complicó mucho y ganar el dobles fue algo que nos dio un subidón de moral. Mis partidos fueron muy complicados, especialmente porque tenía 20 años y debutaba en una final contra jugadores de la talla de Hewitt y Rafter. Los afronté con muchas ganas, jugué muy bien y me vino genial de cara a salir de aquí con más experiencia y siendo mejor jugador; eso seguro".