Descripción de una derrota y anatomía de una crisis, con la rodilla como estrella invitada.
Un pinchazo en la rodilla derecha al final del segundo set (¿tuvo que ver aquella caída cuando servía en 5-5...?) fuerza la retirada de Nadal ante Murray. Era 6-3, 7-6, 3-0 para Murray, que tenía ganado como el 90% del partido. Nadal mostró buen nivel, pero con dos carencias mortales: la debilidad en el segundo servicio, que Murray tiroteaba a placer... y la falta de confianza en momentos supremos: Rafa quebró dos veces el saque de Murray (2-1, primer set; 4-2, segundo set)... pero, de vuelta, cedió su siguiente servicio.
Lesión.
Volvía el escenario reciente de Nadal en pista dura y ante los pesos pesados: los que aporrean la derecha cruzada de Rafa con reveses a dos manos y miden en torno a 1,90 o más. Esa derecha que castiga a los que tiran revés a una mano no blinda a Rafa ante el revés a dos manos de Davydenko, Djokovic, Del Potro, Murray, Cilic...
Nadal tampoco tuvo suerte y Murray sirvió a tope cuando lo necesitó. Y cuando el trainer Paul Ness salió a ver la rodilla de Rafa (hoy se hace una ecografía y sabrá el diagnóstico), tras el 1-0 del tercer set, el partido ya se iba: y con él, el número dos de la ATP. Mientras sólo sea eso...