Fue en Wimbledon. Boris Becker puso su admiración en palabras. "Mire, yo nunca he ganado Roland Garros. Estoy seguro de que, de haberlo hecho, lo hubiera celebrado como se merece una cosa así. Me habrían tenido que buscar algunos días por Mallorca. Y el lunes pasado, pongo la televisión y veo a Nadal corriendo en la hierba del Queen's, sólo unas horas después de que había vuelto a ganar en París. No lo creía, pensaba que era una grabación. Pero, ¿cómo lo hace este chico...?".

Becker, Boom Boom, el pupilo más distinguido de Ion Tiriac (además de Vilas e Ivanisevic) acaba de ser adelantado por Nadal en la lista de títulos de Grand Slam. Boris no lo dijo: pero sí dejó adivinar que veía a Rafa como un personaje de ciencia ficción o de dibujos animados. O de Walt Disney.

Y ayer, plasmación de la fantasía de Becker, Rafa Nadal se fue a EuroDisney a alzar y celebrar la Copa de los Mosqueteros, su quinto título de Roland Garros, junto a personajes como Los Increíbles. En EuroDisney, en Marne-La Vallée, dicen que se pueden reubicar los Internacionales de Francia. Pero el increíble Nadal, no bien regresó a París... se fue a tomar el tren EuroStar para plantarse en Londres, donde tenía reservada pista para entrenarse en el selecto Queen's Club a partir de las 18:00 horas. Pista de hierba, por supuesto. El rey de la tierra batida deja su reino atado y bien atado. "Ya habrá tiempo de celebrar bien las cosas en Mallorca, pero en el verano después de Wimbledon", avisa Rafa. Con la seriedad que el asunto requiere.

En la hierba, Nadal ya no combate con el halo de Federer. Reta a otras leyendas: Rod Laver y Bjorn Borg, que manejan, respectivamente, dos y tres dobletes en Roland Garros y Wimbledon. Nadal tiene programado hoy su debut en hierba en el cuadro de dobles del Queen's, junto a Marc López, contra Schuettler-Tipsarevic. Mañana sale en individuales, ante Marcos Daniel. Lo que fascinó a Becker sigue muy vivo. Y la fiesta de Mallorca puede esperar: lo que Boris no haría. Lo que Borg sí hizo.