Rafa Nadal no fue a Asia de paseo. En el imponente Ariake Colosseum de Tokio demostró que él, sano, blindado en el servicio y con 24 años es el sol naciente del tenis. El astro destinado a iluminar también el final de temporada, sobre todo, en la cita de Shanghai de esta semana (uno de los tres Masters 1.000 que le faltan) y en el Masters de Londres.
Después de salvar dos bolas de partido ante Troicki en semifinales, ayer dinamitó al elástico e irregular Monfils pasándole por encima en el primer set (6-1, roturas en el segundo y sexto juego), sirviendo en muchas ocasiones a más de 200 km/h y alcanzando los 211.
El francés, sin arsenal de golpes planos y con el despertador atrasado, espabiló en la segunda manga. Pero para entonces Rafa ya pensaba en cerrar su séptimo título de 2010. Lo hizo con un golpe casi de espaldas, con efecto endiablado (7-5). Mensaje para Federer, Djokovic, Murray y cía, con los que se volverá a encontrar en el futurista Qi Zhong Stadium de Shanghai.
El número uno aumenta su colchón de puntos en 320, ya que suma los 500 de Tokio pero se le restarán los 180 que obtuvo en Pekín el año pasado. Federer aparece en el retrovisor a 5.655. El sol sale por Manacor y España acumula 19 títulos este año (16 fueron en 2008, el tope). Y esto no ha acabado.
Shanghai es el próximo reto
Nadal juega ahora el Masters 1.000 de Shanghai, donde debutará el martes o miércoles con el ganador del Wawrinka-Simon. Federer, Soderling y Djokovic van por el otro lado. Ayer cayó Almagro y hoy debutan Feliciano (Tsonga) y Verdasco (De Bakker).
Pekín: la lluvia detuvo la final
La lluvia que cayó ayer en Pekín obligó a detener la final entre David Ferrer y Novak Djokovic cuando iban 18 minutos y el español perdía 3-1. El partido se aplazó a hoy (madrugada en España). Djokovic ya tiene plaza para el Masters y Ferrer subirá dos puestos (7º).
