Unió con glamour el Siglo XX y Nadal

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Unió con glamour el Siglo XX y Nadal

Unió con glamour el Siglo XX y Nadal

El atractivo del encanto dentro y fuera de la pista

En pleno discurso de despedida, Charly Moyá entornó la mirada y reflexionó en voz alta: "Estaba mirando algunas cintas de grandes días míos de hace tiempo, como esa final de Australia ante Sampras, o cuando gané Roland Garros, en 1998. Y pensé: 'Mis hazañas son del siglo pasado".

Pero Moyá ha sido fértil en hazañas dentro y fuera de las pistas. Desde que irrumpió en aquella finalísima australiana de 1997, su físico y su nombre se han vinculado (hasta ahora mismo) a campañas publicitarias del mayor éxito. Y le llevaron a relacionarse con mujeres famosas: entre otras, Patricia Conde, Flavia Pennetta y, en fin, Carolina Cerezuela, su actual pareja y madre de su hija, Carla. Algún rumor apuntó a Kournikova, aunque... "para triunfar, no hace falta ser un monje fuera de la pista ", confesó Charly a Jesús Mínguez. Ayer, Moyá sonaba un poco más como un guerrero de vuelta de casi todo, aunque el mismo martes aún se estuviera entrenando con Rafa Nadal, en Palma: "Después de 15 años viajando, ya tenía ganas de descansar en casa. La lesión y la operación en el pie me habían producido efectos colaterales, pero cuando tuve un hijo quedó claro que iba a ser difícil separarme de mi familia".

Entre kleenex servidos por Benito Pérez-Barbadillo, maestro de la ceremonia y tras palabras de su representante de siempre, Fernando Soler, Charly fue marchándose: poco a poco. Los viejos guerreros desaparecen entre sombras. Pero no hay una sola sombra en la vida de Moyá.­