Pregunta inevitable: ¿hasta qué punto ha influido en el desenlace el esfuerzo del sábado ante Murray?

No veo justo hablar de eso. Federer ha jugado un gran partido, ha hecho una gran semana, y yo he intentado dar lo mejor de mí, pero al final ya no daba para más y se hizo una montaña. Me faltaba algo de continuidad y frescura, y eso con Roger a un grandísimo nivel. En el primer set era imposible jugarle. Después tuve algunas opciones, pero, globalmente, e incluidas todas las condiciones, en esta pista y con ese partido del sábado, mis posibilidades eran desfavorables. Era complicado.

¿Cómo planea ahora las próximas semanas antes de emprender la campaña 2011?

Esta semana me la voy a pasar trabajando para los sponsors y a partir del lunes próximo empiezo a entrenarme todo lo bien que pueda, para llegar listo a enero de 2011. Ahí todo empieza de cero. Esta ha sido una espléndida temporada, una temporada fantástica. Me he dado cuenta de lo difícil que es mantenerse al más alto nivel competitivo. El objetivo es poder seguir compitiendo a ese nivel: siempre he dicho que el primer set ante Davydenko, en Doha, a principios de este año, quizá fue el mejor set de mi vida.

¿Cómo ve a Roger Federer, cara al futuro próximo?

Federer y yo no estamos envueltos en una rivalidad, en el sentido en que eso se puede decir. Compartimos juntos mucho tiempo y momentos importantes. Ahora vamos a jugar esos dos partidos benéficos, en Zúrich y Madrid. Federer ha ganado esta final siendo agresivo y ganando puntos incluso con el revés. No hay nada que oponer. Este año ha sido de mala suerte para Roger: ha perdido partidos importantes que tenía ganados. Pero no dudo de que seguirá estando arriba.