Tres años después de 2008, cuando le tocó su tercera final aquí en París ante Federer de nuevo llega otra vez Roger.

No me sorprende, y lo ha hecho tras jugar un partido fantástico y lleno de calidad ante Djokovic. Como espectador, disfruté. Federer no ha bajado el nivel, y en la temporada de tierra batida se ha mostrado con regularidad a un nivel muy alto. Sólo bajó un poco ante Melzer en Montecarlo, y ante Gasquet, en Roma, pero aquí está en la final, y después de hacer todo lo que ha hecho, sólo cabe elogiarle. Mi objetivo en el partido es hacerle sentir que no puede golpear la pelota con comodidad.

Y la evolución de Nadal

Jugar aquí siete años y llegar a seis finales, de las que hasta ahora he ganado cinco, no es algo fácil, lo puedo garantizar. Pero tanto éxito, a veces nubla la vista: todos tendemos a ello. Y se llega a una exigencia desmesurada. Después, no todo el mundo está capacitado para superar lo que yo he superado a partir de aquella primera ronda

¿Qué le parecerá si llueve?

Con la humedad y el calor que estamos teniendo, se palpa la lluvia en el ambiente. No creo que la lluvia ande lejos, pero no tengo poderes para controlar este tema. Tanto si llueve como si no lo hace, intentaré ser positivo y pensar que lo que ocurra es lo mejor que puede ocurrir.