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Valencia Open

Juan Carlos Ferrero pasa de la pista al despacho en un año

"Es un sorteo muy duro. Pero también es positivo que haya picante", dice un Ferrero que se estrena como director de un Open 500 en el que invirtió su dinero ganado en la pista

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Juan Carlos Ferrero posa delante de la pista central del Valencia Open 500.
Valencia Open

Va a hacer un año. El 24 de febrero pasado, ante sus paísanos, Juan Carlos Ferrero colgaba la raqueta. Le eliminó, el destino siempre es caprichoso, su amigo Nico Almagro, que se entrena en Equelite, la academia que Ferrero regenta en Villena. Ayer, los dos fueron los oficiantes del sorteo del cuadro del Valencia Open, que arranca mañana. Y mandaron a David Ferrer, defensor del título, contra Gael Monfils y a Tommy Haas, segundo cabeza de serie, ante Philipp Kholschreiber.

"Es un sorteo muy duro. Pero a la vez que no gustan estos enfrentamientos tan pronto, también es positivo que haya picante a la primera", dice un Ferrero que, con 33 años, se estrena como director de un Open 500 en el que invirtió su dinero ganado en la pista (Ferrer también participa en el accionariado). "Como jugador, no te das cuenta de los intereses del torneo. Te aislas, y ahora tengo que perseguir que la pista esté correcta, lidiar las lesiones de última hora...", explica.

El ganador de Roland Garros 2003, que también es propietario de un hotel, ha realizado un ejercicio de descompresión con final en Valencia. "El tenis lo he seguido a ratos. Cuando estuve con Nico (Almagro) en la gira sudamericana, bastante. Luego me dejé ver por Madrid y Barcelona... Pero la mayoría del tiempo ha sido para mí. He hecho lo que me ha apetecido, como disfrutar del fútbol o las motos, que eran incompatibles".

El ex número uno del mundo incidió mucho en ajustar los precios de las entradas: "Ver la pista medio vacía no es del gusto de los jugadores. Y hay rebajas de hasta un 50%. Hay que valorar este torneo, porque instalaciones así no se ven en otra parte del mundo (el Ágora de Calatrava) y van a jugar 13 de los 25 primeros del ránking". Entre ellos, Ferrer, para el que su socio demanda más cariño: "Es cierto que el número uno eclipsa, pero debería valorarse mucho más tener a otro español tres del mundo". Con Nadal también se negoció, pero prefirió Basilea, de donde al final se ha borrado. "Me gustaría pensar que podamos contar con él alguna vez", dice el exjugador, que en un año ha recorrido el camino de la pista al despacho.