Su quinta final en Wimbledon le llega en un momento crucial, justo cuando Novak Djokovic le arrebata el número uno del mundo

Lo he dicho varias veces, y lo repito seriamente: para mí, el número uno no es algo que me importe mucho. Lo dije incluso cuando fui número tres o cuatro. Mi gran objetivo es ser competitivo en todos los torneos y estar sano. He perdido el número uno porque otro ha venido jugando de forma increíble la primera mitad de la temporada, por eso él es ahora el primero. Estoy contento por todo lo que he hecho en esta temporada y por mis resultados, pero otro lo ha hecho mejor, lo ha hecho fantástico y sólo queda felicitarle.

¿Qué es lo más importante, entonces, desde el punto de vista de los resultados?

Jugar cinco finales en Wimbledon es algo que nunca se me hubiera ocurrido pensar. En lo que a resultados cuenta, quizá lo más importante sean los títulos del Grand Slam, pero no se puede pensar sólo en eso. Quizá sea más difícil lo que he hecho algunas veces en la temporada de tierra batida, ganando todos los Masters. En todo caso, lo que sea o haya sido mi carrera se verá cuando la termine, para lo que espero que aún queden algunos años.

¿Ha jugado con el pie anestesiado?

He hecho lo mismo que en cuartos ante Fish. Ya dije entonces que iba a seguir todos los días así hasta el final del torneo. No hay más historia.

Pasó Andy Murray, llega Djokovic

Murray ha sido un peligro en todo momento, ha merecido ganar el primer set, y el punto de inflexión fue la derecha que se le fue larga en el segundo set, con 15/30 y 2-1 para él. Merece un título de Grand Slam, es mucho mejor jugador que otros que lo han ganado. La mejor cualidad de Djokovic es lo pronto que golpea cualquier bola. Mentalmente, supongo que tiene cierta ventaja ante mí: me ha ganado cuatro finales este año. Pero éste es otro partido: es la final de Wimbledon, a cinco sets y en hierba: intentaré dar lo mejor de mí para ganar al que ahora es el mejor del mundo y ser muy positivo.