Serena: "Nunca pensé ver mi nombre entre los de leyendas"

Hace 15 años, una jovencísima tenista de físico portentoso irrumpía como un ciclón en la élite del tenis... para quedarse. En aquel 1999, Serena Williams, con apenas 17 años, se apuntó el Manhattan Beach, Indian Wells, la Grand Slam Cup, París y comenzaba su idilio con el US Open. Porque las gradas de Flushing Meadows son las que mejor han seguido la progresión de aquella joven hasta convertirse en la bestia tenística que es hoy, aplaudiendo sus seis títulos, el último este fin de semana, su 18º Grand Slam.“Entonces nunca pensé que mi nombre, el de Serena Williams, estuviera a la altura de leyendas”, afirma la norteamericana mientras posa sonriente en la última planta del Empire State. Se refiere al homenaje recibido sobre el cemento del Billie Jean King Center, al que asistieron Martina Navratilova y Chris Evert, leyendas a las que ya ha alcanzado en número de títulos en ‘grandes’. La checa y la estadounidense le obsequiaron con una pulsera en la que relucía el número 18. “Tal vez el 18º ha sido el más importante, ya que me uno a Chrissy y Martina. Llevaba tanto tiempo esperando, que ha sido sobre mis hombros”.

Porque Serena, indiscutible número uno del mundo, de no haber ganado en la final neoyorquina a Wozniacki habría acabado la temporada sin ningún Grand Slam, algo que sólo ha ocurrido en tres ocasiones en los últimos 15 años. “He trabajado muy duro este año y por fin vi el resultado”.