WTA FINALS

Muguruza: “Si haces el paripé, te quitan los pies del suelo”

Garbiñe Muguruza (22 años) aterrizaba esta mañana en Barcelona desde Singapur, consolidada ya como tercera tenista mundial. Antes, charló con AS.

Singapur
0

Termina 2015 como la tercera jugadora del mundo. Más allá de diplomacias, ¿pensaba en llegar a un objetivo como ese, o excede sus mejores sueños?

—Siempre que empiezo un año me marco un objetivo alto. Soy súper ambiciosa. Pero este objetivo era alto, muy alto. Yo diría que ha sido un año con picos muy altos, que empezaron claramente en Wimbledon, y con momentos no tan buenos… que podrían llamarse ‘barrancos’. El gran mérito ha sido levantarme después de que llegaron esos malos días. He aprendido que soy mucho más dura de lo que pensaba. También he aprendido a calmarme. Estoy orgullosa.

—Llegó con máximas ilusiones a la Copa de Maestras en Singapur y tuvo que despedirse tras esa derrota ante Radwanska… un poco inesperada.

—Esa es otra cosa que también he notado: que cuando llegas a este nivel, siempre tienes que estar a la altura. No te puedes permitir tener malos días. Ahora sé que el día que salí a jugar contra Radwanska estaba bastante cansada. Además, ella, que es una maestra y ha sido la campeona, hizo un grandísimo partido: y perdí por solo detalles. Pensar solo en esa derrota sería una mala visión. Después me levanté mucho mejor en la mañana del domingo para la final de dobles. Me dije, ‘bueno, ya está, ahora hay que intentar ganar otro partido’. Esto ya es así.

—¿Qué sensación tuvo al verse en una pista con Martina Hingis?

—Pues eso fue casi de lo primero que pensé al levantarme. De niña, yo había visto jugar muchas veces a Hingis y ahora, de buenas a primeras, me dije… ¿pero qué hago yo jugando aquí contra Hingis? Me ha hecho gracia. Después he podido ver cómo ella ha sabido llegar hasta aquí. En su pareja de dobles, Sania Mirza pone la fuerza y el ataque en la red, pero Martina tiene toda esa técnica con la que se ha adaptado al tenis de ahora: y se siente muy cómoda.

—A mediados de diciembre, antes de marchar a la gira australiana, irá a entrenarse a California con su técnico, Sam Sumyk, que reside en la playa de Manhattan Beach, junto a Los Ángeles. Parece un planteamiento novedoso. ¿Puede haber cambios importantes en el modo de enfocar su vida y su tenis?

—He elegido seguir con Sam Sumyk por la experiencia que tiene, que él mismo se ha creado, y por su forma de vivir el tenis. Con él me entreno más horas y con más intensidad. Es tan sencillo como que creo que él me puede dar ese plus para ser mejor jugadora. Por lo demás, me considero ciudadana del mundo, no me importa viajar y me sé adaptar rápidamente. Me ha parecido una buena proposición, un nuevo y buen reto. Y todo el mundo me habla bien del ambiente de tenis que voy a encontrar en California y en Los Ángeles. Cuando haya esos cambios, si los hay… entonces hablaremos de ellos.

—Por ejemplo, ¿qué planes tiene sobre este emparejamiento en dobles con Carla Suárez que las ha hecho finalistas en Singapur y el segundo mejor dúo del mundo en este evento?

—Con las nuevas exigencias y objetivos que voy a tener, va a ser duro para que podamos mantener esta pareja como hasta ahora. Nos merecemos lo que hemos conseguido. Pero Carla y yo tendremos que vernos en Barcelona y charlar sobre este tema. Tengo que seguir jugando a dobles, es algo que me gusta e interesa… y además vienen los Juegos Olímpicos. Seguro que estaremos juntas al menos en algún torneo.

—Cuando empiece 2016, ¿es consciente de que será una de las jugadoras a batir y de que Garbiñe Muguruza aparecerá en los torneos con la presión de ser una de las favoritas? Ya va a sorprender a pocas…

—Pero es que un partido contra la número 50, por ejemplo, puede ser tanto o más difícil que con una de las cinco primeras. Puede ser un partido-trampa. De hecho, puedes ganar a una de estas últimas y quedarte eliminada por la número 50. Así pasa y así me ha pasado. Me he ganado esta posición y esto es lo que trae. No se puede salir a la pista a hacer el paripé. Si lo haces así, te quitan los pies del suelo. La que está en las alturas… tiene que estar a la altura.

-Al menos, se va de vacaciones desde hoy mismo, ¿no?

-Empiezan las vacaciones, en efecto. Necesito desconectar mentalmente y recargar las baterías. Jugaré en Brisbane antes del Abierto de Australia. Para mí, será como empezar otra vez de cero. Ya he demostrado que sé hacerlo.