¿Cómo y por qué ha tenido que renunciar?

La decisión no ha sido fácil, pero tengo que aceptarla por recomendación médica. Estoy acostumbrado a jugar con dolor; pero este es distinto, nuevo. No consigo controlarlo. Probé a entrenarme suave, pero ni aún así me respondió bien la rodilla.

¿Culpa del calendario?

No sé si la lesión es por apurar demasiado. Ha sido una temporada muy intensa, un año olímpico que lo apretó todo, aunque no creo haber forzado en exceso para lesionarme. No he hecho ninguna locura para ser número uno del mundo.

¿Qué le diría a la afición española?

Que yo no he dicho no a jugar; ha sido mi rodilla la que ha dicho no. No me siento preparado para enfocar una final como esta. Por eso no voy a poder estar, muy a pesar mío. Son decisiones difíciles de tomar cuando no se trata sólo de uno mismo, sino de todo un equipo de Copa Davis. Espero que entiendan que para mí no hay nada más grande que defender a España.

¿La final está perdida?

No. Las opciones de España no se acaban en mí. Sin Nadal, mis compañeros pueden ganar la final. No éramos favoritos incluso jugando yo. Ahora, Argentina tendrá incluso más presión. Tenemos jugadores con talla suficiente como para ganar, aunque no será fácil. Agradezco a Emilio (Sánchez Vicario) el apoyo y la comprensión que ha tenido.