Con tristeza, Andy Murray inició en la misma pista del Rod Laver Arena los discursos de los finalistas del Abierto de Australia, justo después de que Roy Emerson entregara a Djokovic la Norman Brookes Cup: "He trabajado muy duro para llegar a esta final. Siento no poder ganar este trofeo, pero también siento que he estado un poco más cerca, más cerca que otras veces. He tenido enfrente al número uno, al mejor jugador del mundo, y eso lo hace todo más difícil para ganar aquí", se lamentó Murray.

Por su parte, Djokovic, ya con el trofeo en mano, abrió su parlamento con una felicitación a Murray y a su polémica novia, Kim Sears, presente en el palco de Andy junto a su entrenadora, Amélie Mauresmo: "Es mi primer título de Grand Slam como padre y os felicito por vuestro compromiso y próxima boda. Espero que tengáis muchos hijos", bromeó abiertamente Djokovic. "Este ha sido un triunfo que he conseguido sobre todo gracias al sacrificio y al enorme trabajo que hemos hecho yo y todo mi equipo, con un rival que nos lo ha puesto tan duro como Andy Murray", continuó Djokovic, apuntando a su entrenador, Boris Becker, bastante emocionado. Sears vestía un chaleco negro con la leyenda rotulada en inglés: "Parental Advisory. Explicit Content" (Aviso a los padres. Contenido solo para adultos). Era una clara alusión a la polémica desatada por los insultos de Sears al checho Berdych, en el partido entre este y Murray, en cuartos de final.

Tras grandes elogios al torneo australiano ("hemos tenido nuevo récord de asistencia, gracias a todos") y a su director, Craig Tiley, Djokovic concluyó con las palabras que podían gustar más al entendido público de Melbourne: "Es un honor estar aquí donde están Rod Laver y Roy Emerson, junto a ellos. Enhorabuena a todos por el éxito de este torneo y nos vemos el año próximo".